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Sigue la violenta huelga en Bolivia pese a la amenaza de estado de sitio

Con el alba se reanudaron ayer en varios puntos de Bolivia los intentos de bloquear carreteras y los desórdenes callejeros, mientras que el Gobierno afronta la disyuntiva de dictar un estado de sitio, a costa de su imagen democrática, o mantener el precario diálogo con la Central Obrera Boliviana (COB) a pesar de la huelga general que mantiene desde el 1 de abril. Los campesinos y los maestros se han convertido en los sectores más beligerantes de una protesta en la que ya han muerto al menos ocho personas.La federación de sindicatos de productores de hoja de coca confirmó ayer en Cochabamba informes de la prensa local sobre nuevas refriegas en Chapare, la zona de mayor conflicto, tras los duros enfrentamientos el martes por la noche entre los campesinos y fuerzas combinadas de la policía y el Ejército por el control de la carretera entre Cochabamba y Santa Cruz, que forma parte del eje vial que une el Altiplano con los Llanos bolivianos. Los maestros rurales volvieron a tomar, muy temprano este miércoles, las calles de La Paz. Hubo destrozo de vehículos y de cristales de edificios.

La zona más pobre

Los conflictos y desórdenes van en aumento en región, la más pobre del país. A los reclamos de la COB, se suman las protestas campesinas por la detención de su líder Alejo Véliz, además de las reivindicaciones de algunas regiones como Tarija y Potosí, afectadas gravemente por el fenómeno de El Niño y que no han recibido suficiente ayuda.La advertencia del presidente Hugo Bánzer, a comienzos de esta semana, de dictar el estado de sitio si persistían los desórdenes, ha quedado congelada. Tras un inicial entusiasmo de sus seguidores, la idea se ha debilitado o al menos se la ha silenciado. El politólogo Jorge Lazarte hizo notar en un análisis que recoge el periódico La razón, que tal medida "podría lesionar su esfuerzo de ser un Gobierno democrático" y confirmar la suspicacia de sus adversarios políticos respecto al verdadero espíritu del presidente Bánzer, que gobernó con mano dura el país entre 1971 y 1978.

La perspectiva de malograr esta imagen muy alejada de la del dictador y el empeño de mantener coherencia con la política de diálogo nacional, va a obligar al Gobierno de Bánzer a plantearse una estrategia múltiple para dar solución a los varios frentes de conflicto abiertos en las últimas semanas, concluyó Lazarte.

El comandante de la policía, general Ivar Narváez, informó ayer de que casi un 90% de las carreteras del país están bajo vigilancia de las fuerzas de seguridad. El servicio de transporte provincial continúa suspendido. Narváez aseguró que en las refriegas sólo una persona murió por impacto de bala mientras que las otras cinco, fallecieron por causas naturales y un séptimo por un supuesto ajuste de cuentas con el narcotráfico.

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