_
_
_
_
Tribuna:EL DEFENSOR DEL LECTOR
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Las razones de una foto

A algunos lectores de EL PAÍS les ha causado una viva desazón la publicación, en primera página de la edición del viernes día 27 de marzo, de la fotografia de uno de los niños causantes de la matanza que tuvo lugar dos días antes en un centro escolar de Arkansas. Uno de ellos muestra su total rechazo: no encuentra razón alguna que justifique la publicación de dicha fotografia.Tiene interés subrayar que la fotografia en cuestión fue presentada en forma de fotonoticia, es decir, como una imagen que tiene validez informativa por sí misma. La dirección del periódico entendió sin duda que la tenía muy acusadamente una imagen que mostraba a uno de esos niños cuando tenía seis años adiestrándose en el manejo de las armas en su entorno familiar. El título de la fotonoticia, en la que aparecía el niño con los ojos velados, reflejaba bien la esencia del hecho noticioso: Su padre le enseño a disparar a los seis años. Y el texto decía: "Uno de los dos niños que el martes mataron a cuatro colegialas y una profesora en Arkansas había sido adiestrado desde pequeño en el uso de armas de fuego y en el tiro al blanco por su padre y su abuelo, a los que acompañaba a cazar. La cadena ABC mostró ayer imágenes en las que aparece A. G., con seis años, disparando un fusil y manejando una pistola".

Al Defensor del Lector también le causó desazón ver esa fotonoticia en la primera de ELPAÍS. Se trataba de una de esas fotografias que, a primera vista, reúnen todos los ingredientes que aconsejan pensárselo dos veces antes de publicarla. Y no por su carácter desagradable, como señala uno de los lectores, que no lo tenía en el sentido estricto del término. Por algo distinto e incluso más digno de tener en cuenta: la terrible amalgama, o mejor, la descarada simbiosis que la imagen revelaba entre el niño y un símbolo, a la vez que instrumento de violencia, que es un arma de fuego. Tuvieron que mediar, pues, sólidas razones de índole informativa para publicar la fotografía, incluso, como sucedió en este caso, protegiendo debidamente, de acuerdo con las normas legales y el Libro de estilo de EL PAIS, la identidad y la imagen del niño.

El Defensor del Lector cree encontrar dichas razones en el propio titular de la fotonoticia: resaltar un elemento informativo que ha adquirido importancia capital para explicar la matanza como es la enseñanza en el manejo de armas de fuego propiciada en el entorno familiar. También, y en contra de lo que un lector opina al respecto, en la doctrina sobre la violencia infantil y sus causas, expuesta en el editorial El demonio de las armas, que este mismo lector encuentra "magnífico" por su contenido. Se decía en dicho editorial: Se trata de saber, en suma, si matanzas como la de Arkansas se toman en serio como signos alarmantes de los efectos que puede producir la negligencia en la educación infantil. La fotografia en cuestión revelaba de forma rotunda, por su visualización, un tipo de educación infantil en relación con las armas de fuego que puede influir, si no como causa única, sí como principal, en el desencadenamiento de tragedias como la de Arkansas.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Pero es el director de EL PAÍS quien puede explicar las verdaderas razones de la publicación de la fotografía. Dice Jesús Ceberio: "La foto en cuestión es de las que provocan un impacto inmediato sin necesidad de mayores explicaciones. No es, desde luego, una imagen amable, y me nos después de conocerse la matanza del colegio de Arkansas. Pero la misión de un periódico no es embellecer la realidad, sino contarla como es, sin ocultar sus lados más oscuros. Puestos a buscar alguna explicación de por qué dos adolescentes Se apostaron a la salida de su colegio para disparar a mansalva contra sus compañeros, esta fotografía aporta más datos que muchos textos. Así lo entendieron muchos periódicos de calidad de todo el mundo, que reprodujeron esta fotografia y otras del álbum familiar del niño. El Libro de estilo de EL PAÍS obliga a preservar el anonimato de los menores cuando cometen un delito, pero en ningún caso a ocultar los hechos o sus posibles explicaciones. En este sentido debo lamentar que en la primera edición del periódico del día anterior se publicara la identidad completa de los dos adolescentes,que fue suministrada por las agencias internacionales. En la segunda edición dimos sólo las iniciales, y en todas las fotografías desfiguramos electrónicamente la zona de los ojos para preservar el anonimato. Cumplida esa norma, creo que la fotografia del niño con la pistola es, efectivamente, la continuación del editorial publicado el día anterior".

Ha sido, pues, el indudable interés informativo de la fotografía lo que ha inducido a su publicación. Sin duda resalta mejor que cualquier relato periodístico un modelo de educación familiar que hace del manejo de las armas uno de sus ingredientes pedagógicos. ¿Debería haber quedado en la penumbra ese, dato, dificultándose de ese modo la compren sión cabal de lo sucedido en Arkansas? Parece. que no. Así lo han entendido también los medios de comunicación norteamericanos.

Por alusiones

Ricardo Ibáñez Castresana, uno de los abogados que obtuvieron una de las dos plazas del gabinete jurídico del nuevo hospital de Alcorcón, se siente aludido por el artículo El paripé, firmado por Carmelo Encinas (sección de Madrid, 28 de marzo), en el que se comentaban las supuestas irregularidades producidas en la selección de candidatos para cubrir 800 plazas en el referido centro sanitario. Ibáñez Castresana no aparece citado con su nombre, pero se considera suficientemente identificado ("todos mis conocidos saben que soy uno de los dos abogados del citado gabinete jurídico", dice) en la mención que Encinas hace a que las dos plazas del referido gabinete "fueron para otros con peor nota, uno de los cuales ni siquiera acreditó experiencia alguna", según le contó un abogado "que se presentó para cubrir una de las dos plazas convocadas del gabinete jurídico del hospital y al que, tras comunicarle que había obtenido la máxima calificación en las pruebas, le tumbaron en la entrevista personal".Ibáñez Castresana ha tenido opción en el espacio radiofónico El foro, que dirige Carmelo Encinas en la cadena SER, a dar su versión sobre los hechos, en cuanto le afectan, del hospital de Alcorcón. También debe tenerla en EL PAÍS, pues, si bien no aparece expresamente citado, se deduce que es uno de esos "otros con peor nota" (dos en realidad) que han obtenido las plazas del gabinete jurídico de dicho hospital. Este abogado insiste en que no conocía a nadie de los que me seleccionaron, que no conocía a nadie que trabajase en la Fundación Hospital Alcorcón, que no tengo amigos (todo lo contrario) en el PP y que no necesito a nadie que me enchufe en ninguna parte", al tiempo que afirma que "la mejor nota de todos los candidatos la obtuvo mi compañera María Dolores Monge (que tampoco es una.enchufada, me consta), y yo fui el segundo mejor".

Carmelo Encinas aclara al Defensor del Lector que "en ningún momento cité a esa persona, ni pretendí referirme a ella, pues me limité a reflejar lo que nos había comentado un profesional de la abogacía que se declaraba dispuesto a impugnar el proceso y que cuestionaba otra elección, no la de quien remite la queja". Encinas siente que Ibáñez Castresana "pueda haberse dado por aludido", quiere dejar constancia de que "no era mi intención causar ese efecto" y rechaza, por no ser cierto, que en su artículo relacionara las supuestas irregularidades en el hospital de Alcorcón con el Partido Popular. El incidente muestra la enorme fragilidad que aqueja al relato periodístico si bebe en una sola fuente, por más que, como ha sucedido con la cobertura de plazas en el nuevo hospital de Alcorcón, el informador tenga que vérselas con hechos y procedimientos oscuros, difíciles de verificar por los medios a su alcance y sometidos además al manejo de intereses personales y posiblemente políticos de signo contradictorio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_