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"No basta con tener buen corazón

"Para trabajar en la Casa de Belén no basta con tener un buen corazón". Sor Isabel reconoce que no todo el mundo es capaz de convivir con el dolor y la muerte de los niños. "Hay hermanas que se han tenido que marchar porque no lo aguantaban", explica."Alguien que esté constantemente rebelándose contra la muerte no puede acompañar bien a quien se enfrenta a ella", añade. "Es muy frecuente, ante el fallecimiento de un niño, comenzar a renegar considerándolo una injusticia, pero esa actitud no sirve cuando alguien está en el lecho de muerte y precisa serenidad", apostilla.

También hay que ser capaz de actuar en la urgencia, porque, a menudo, alguno de estos niños tiene una crisis y hay que saber, reaccionar a tiempo", matiza sor Isabel, enfermera al igual que sor Josefina. A la mayor parte de estos niños les visita algún familiar. Sólo hay tres sin nadie en el mundo.

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Un hogar al final

Leo, la voluntaria que dedica cada lunes a Manolito, uno de los niños, se queda pensativa cuando se le plantea cómo vivirá la muerte del pequeño. "No sé como reaccionaré; la verdad es que desde que hace semanas falleció Olhane, con la que tenía un trato menos directo, noto un enorme vacío en la casa", añade reflexiva.

¿Y cómo viven estos niños, algunos de ellos muy discapacitados, la muerte de sus compañeros? Sor Isabel tiene claro que, aunque con sus capacidades mentales muy disminuidas, los chavales sienten esas situaciones a flor de piel. En estos tres años han pasado por la casa 14 niños, de los cuales 6 han fallecido.

El IMMF paga 6.000 pesetas diarias por cada plaza de este centro. La casa se abrió pensando sobre todo en niños con sida, ya que, entre los años 1988 y 1992, comenzaron a abundar los casos de niños seropositivos que acababan tutelados en internados.

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Pero esa cifra de niños desamparados con VIH que llegan a centros regionales ha descendido. Si en 1991 hubo 19 y en 1992, 17, en 1995 se dieron 11 casos. Eso ha llevado a abrir este hogar a chicos con otras enfermedades graves.

En el periodo comprendido entre 1982 y 1997, en los colegios de la Comunidad han vivido 137 niños con sida: 13 de ellos han fallecido (6 en la Casa de Belén), 77 han negativizado la enfermedad, 74 han pasado a acogimiento familiar, 19 están en régimen de acogimiento especial y 24 siguen en los centros.

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