El presidente del Senado renuncia al coche de 70 millones

El Presidente del Senado, Juan Ignacio Barrero (PP), anunció ayer en la Cadena SER que en la próxima reunión de la Mesa de esa institución propondrá que se revoque el acuerdo de compra de un coche blindado cuyo precio rozaba los 70 millones de pesetas. Barrero dijo que se sentía "bastante entristecido" con la polémica suscitada tras conocerse la decisión de la compra y que continuará con el mismo vehículo que tiene ahora: "No quiero ni ése ni ningún otro coche; y si me sigo quedando tirado en la carretera, lo haré con mucho gusto".El gabinete de prensa del Senado distribuyó una nota en la que afirmaba que se trataba de comprar un coche de características similares al que actualmente usa el presidente de la Cámara y calificaba de "enormemente gravoso" el coste de las reparaciones de este vehículo, que "actualmente generaba un gasto de doce millones de pesetas al año en averías".

Ayer los socialistas siguieron criticando la decisión de la compra. Joaquín Almunia, secretario general del PSOE, declaró en la cadena M-80, en el programa de Gomaespuma, que iba a pedir a Barrero "que no compre ese coche" pues lo considera "una vergüenza". Añadió que también estaba dispuesto a pedir a sus compañeros socialistas en la Mesa del Senado que retiren su apoyo al acuerdo de compra (adoptado por unanimidad de sus siete miembros, dos del PP, tres del PSOE, uno de CiU y uno de Coalición Canaria) porque le parece 11 un insulto a los ciudadanos".

El PSOE se echa atrás

En la sesión en que se acordó la compra, el 20 de enero pasado, se examinaron otras ofertas de vehículos blindados, todas ellas más baratas, con precios que oscilan entre los 15 y los 63 millones de pesetas.El senador socialista Manuel Aguilar, vicepresidente segundo del Senado, anunció ayer que pedirá en la próxima reunión de la Mesa la revocación del acuerdo de compra de ese vehículo, porque "quizá se meditó poco". Asegura además que los representantes socialistas desconocían que había gamas intermedias de Mercedes de menor cuantía y que les presentaron dos alternativas "muy distantes".

"Se nos dijo que los coches de la Dirección General de Patrimonio, según los informes, tenían demasiado blindaje y peso para la potencia de motor que llevaban y que no ofrecían grandes garantías", aseguró Aguilar a Europa Press. "Además, se apuntó que tampoco eran coches de representación para el presidente del Senado. No hubo discusión ni votación, ya que pensábamos que como el presidente despacha todos los asuntos de la Cámara con los servicios, éste era un tema ya debatido y tratado".

"Nosotros vamos a pedir ahora gamas intermedias y por ello solicitaremos que se revoque el acuerdo, porque no fue una votación, sino simplemente una comunicación a los miembros de la Cámara", concluyó.