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Asesinado a tiros el jefe militar de Hamás

El dirigente militar del movimiento integrista palestino Hamás, Mohiedín al Sharif, supuesto cerebro de los dos atentados perpetrados en Jerusalén el pasado verano, ha sido asesinado a tiros y su cuerpo destrozado con una carga de 50 kilos de explosivos. El Gobierno de Yasir Arafat acusa a los servicios secretos israelíes de estar detrás de esta operación, y los líderes del partido Hamás anuncian ya una venganza. La policía y el Ejército israelíes se pusieron en alerta ante la amenaza de atentados islamistas en respuesta por la muerte de Al Sharif. Hubo manifestaciones de protesta en Nablús y Belén.

El pasado domingo por la noche explotaba en el barrio árabe de Betunia, cerca de Ramala, a pocos kilómetros de Jerusalén, un misterioso coche bomba que destrozaba el cuerpo de su único ocupante.

Las primeras investigaciones policiales efectuadas por las fuerzas de seguridad israelíes y palestinas aventuraron la hipótesis de que podría haberse tratado de una explosión fortuita provocada por el descuido del conductor del vehículo, un supuesto militante del movimiento islamista Hamás, cuando intentaba transportar al Jerusalén judío una carga de dinamita, quizás para hacerla estallar al día siguiente, con ocasión del Día de la Tierra.

La policía palestina descifraba ayer el misterioso enigma al anunciar oficialmente que el cuerpo de la víctima pertenece al del dirigente militar del partido Hamás Mohiedín al Sharif, uno de los responsables integristas más buscados por la policía israelí, al que se le acusa de ser el cerebro de los dos atentados perpetrados en Jerusalén el pasado verano, que se saldaron con una veintena de muertos y más de cien heridos.

Los servicios de investigación palestinos han podido establecer que Mohiedín al Sharif no murió en el interior del coche como consecuencia de la explosión, sino que previamente había recibido tres tiros mortales en el pecho. Su cuerpo fue colocado posteriormente en el interior de un vehículo junto a una carga explosiva de 50 kilos que se hizo es tallar a distancia, simulando un atentado.

Los restos del cuerpo de Mohiedín fueron reconocidos en la madrugada de ayer por los padres y sus hermanos, confirmando así las hipótesis establecidas previamente por un equipo de médicos forenses que ha estado durante tres días tratando de identificar el cadáver e intentando establecer cuál había sido la secuencia del atentado.

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"No dudo ni por un minuto de que las manos de los sionistas están detrás de este asesinato", aseguraba ayer desde Gaza Abdel Aziz al Rantissi, dirigente del movimiento integrista Hamás, al responsabilizar del atentado a los servicios secretos de Israel, al tiempo que anunciaba ya la venganza del pueblo palestino por esta muerte. Las fuerzas de seguridad tanto israelíes como palestinas se encuentran en estado de alerta ante la posibilidad de atentados.

Por su parte, la emisora oficial palestina Voz de Palestina difundía ayer por las ondas una nota de condena similar, imputando la muerte a las fuerzas de seguridad israelí y afirmando que la operación era "una nueva tentativa peligrosa de sabotear la seguridad y la estabilidad de la nación".

Desmentido de Netanyahu

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, desmintió ayer pública y categóricamente estas acusaciones asegurando que no sólo sus servicios de seguridad no estaban implicados en el atentado, sino que además las autoridades responsables no conocían aún la verdadera personalidad del muerto.

Las lacónicas explicaciones del Gobierno israelí no han permitido disipar, sin embargo, las sospechas, sobre todo si se tiene en cuenta la larga lista de operaciones policiales similares que los servicios secretos del Mosad en el exterior o del Shin Bet en el interior han llevado a cabo contra militantes y dirigentes palestinos, especialmente de Hamás.

Mohiedín al Sharif estaba considerado como el sucesor de Yehie Ayash, bautizado por los servicios secretos israelíes con el sobrenombre de El Ingeniero o Artificiero, que murió también de una forma trágica, en enero de 1996, al estallarle mientras hablaba un teléfono trampa diseñado por las fuerzas de seguridad del Mosad.

En una forma también trágica había sido asesinado cuatro meses antes el líder de Yihad Islámica, Fathi Shikaki, cuando se encontraba desempeñando una misión secreta en Malta y fue tiroteado en plena calle de la capital, La Valeta, por un desconocido. Israel ha sido también acusado de estar detrás de la muerte de más de una decena de líderes integristas.

[Yaacov Perry, ex jefe del Shin Bet, especulaba ayer con la posibilidad de que la propia Autoridad Palestina, que se encuentra bajo la presión de EE UU e Israel para acabar con Hamás, pueda haber ordenado el asesinato de Al Sharif, informa Reuters. "Si es así, es muy importante, y no creo que haga falta añadir ningún comentario a esto", declaró. Al Sharif logró escapar a las fuerzas de seguridad israelíes en julio de 1995, huyendo de su casa segundos antes de un registro. Desde entonces está bajo búsqueda y captura. La casa de su familia en Jerusalén este fue demolida en marzo de 1996 después de un atentado suicida cometido por Hamás"]

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