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Un mito

Parece inimaginable que una empresa británica compre el castillo bávaro de Neuschwanstein. Sin embargo, el fabricante de automóviles bávaro BMW ha logrado algo parecido: ha adquirido un mito británico, la marca automovilística Rolls-Royce. No hay en Alemania ninguna otra empresa que encarne tal como lo hace el fabricante británico tradición, orgullo nacional y lujo. Ni siquiera Mercedes lo logra, a pesar de que el jefe del Estado alemán y estadistas de todo el mundo viajen en esta marca, que también se encuentra en incontables garajes acomodados. La marca bávara, al igual que la estrella de Mercedes, es un símbolo de la técnica más avanzada y de la perfección alemana. La empresa bávara aportará esa moderna técnica a Rolls-Royce, donde ya se fabrican motores de BMW. A cambio, adquiere todos aquellos aspectos emocionales ligados al nombre de Rolls-Royce.Los modelos de Rolls se llaman Corniche, Spirit of Ecstasy o Silver Seraph, no 750iL o S600 como los productos alemanes de la competencia. Los fabricantes alemanes han logrado la perfección técnica; ahora, evidentemente, buscan el mito de las marcas. ( ... ) Además de esto, el paso de BMW es un indicio más de la globalización, que se hace visible en ejemplos como éste. Desde este punto de vista es indiferente que Rolls-Royce pertenezca a una sociedad matriz alemana y no a una británica. Lo mejor es calificar esta operación como europea.

, 31 de marzo

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