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Geremek: "Espero que España no caiga en un enfoque miope"

Xavier Vidal-Folch

"Espero que el apoyo político que hemos recibido de España [para la integración] sea también un apoyo práctico y que España no caiga en un enfoque miope, condicionado únicamente por los intereses a corto plazo", declaró ayer a EL PAÍS el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Bronislaw Geremek.Geremek reconoció que la candidatura de su país ha obtenido el impulso político "tanto del Gobierno González como del Gobierno Aznar", algo relevante porque "España no saca ventajas inmediatas" del mismo. En correspondencia, aseguró que "comprende" la postura española, según la cual la ampliación no debe diluir la cohesión interna ya alcanzada por los Quince.

Diseñando un frente común de países menos prósperos -sean miembros o simples candidatos-, afirmó: "Estamos dispuestos a sostener que la ampliación de la UE debería ir acompañada de un cambio [aumento] en su financiación", como recordó ayer Abel Matutes y reivindicó el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, en el último Ecofin informal.

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Geremek añadió un argumento del Este a la polémica financiera de la Unión, interesante para los países ricos empeñados en el ahorro. Puesto que todos reconocen que la ampliación es un reto histórico, "¿tan grave sería, para financiarla, añadir tres décimas al 1,27% del PIB comunitario [el tope máximo que se pretende imponer al presupuesto 2000-2006]''. "Es un porcentaje sin importancia si se tiene en cuenta el ahorro superior en gastos de Defensa que representa la ampliación, pues ésta aporta también seguridad para los Quince", argumentó.

Imprimir velocidad

El viejo profesor de Historia Medieval y uno de los más incombustibles resistentes al totalitarismo sudaba ayer emoción. "Hemos esperado tanto tiempo este momento, tras siglos de marginación" del conjunto de Europa. Por eso pretende ahora imprimir velocidad al proceso de adhesión. Descarta ya Ias promesas" realizadas por Jacques Chirac de su integración en el año 2000. ''Pero no las rechazo", afirma. Contempla en cambio como "realista la integración al final del año 2002, porque cuatro años son suficientes para las negociaciones y las ratificaciones" de la adhesión. "Nosotros estamos preparados para afrontarla ahora mismo", afirma orgulloso.Los dos grandes problemas para la integración de Polonia son la agricultura y la libre circulación de personas. Geremek recuerda que la adaptación del sector agrícola requirió en España y Portugal más de un decenio. Pero Polonia quiere hacerla "desde dentro", con todos los deberes y gozando desde el principio (a diferencia de España) de todas las ayudas posibles. En cuanto a sus fronteras al Este (1.700 kilómetros), Geremek garantiza a los Quince su control, pero evitando "convertirlas en un nuevo telón de acero" que divida como un abismo al continente.

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