Apuestas de Pascal
La libra irlandesa pasará a los anales del Sistema Monetario Europeo (SME). Será la única moneda que en los 20 años de la historia del sistema se revaluó frente al marco alemán. (Lo reconozco: la revaluación del 3% del pasado 14 de marzo compensa parcialmente la devaluación del 10% de enero de 1993. Pero ahí queda el récord).La inminente desaparición del SME tradicional privará a ese singular acontecimiento de la trascendencia práctica que hubiera tenido antaño. No en balde la violenta crisis que sacudió los cimientos del sistema en el periodo 1992-1993 se debió a dos circunstancias: la banda de fluctuación de las monedas europeas era sólo del 2,25%; y existía además la regla no escrita de que la moneda alemana jamás se devaluaría frente a ninguna otra (¡hasta ahí podíamos llegar!). Ambos factores disminuían el riesgo de especular contra una moneda en apuros, incluso aunque tuviera buenos "fundamentos económicos". Si la arremetida especulativa tenía éxito, la moneda se acabaría devaluando frente al marco y las ganancias serían cuantiosas; si el ataque fracasaba, el riesgo de pérdida era moderado, pues la moneda atacada apenas podía "rebotar contra la moneda alemana. Se lo impedían tanto la estrechez de la banda como la imposibilidad de que el marco se devaluara. En suma, especular contra la moneda atacada y a favor del marco era como "tirar a pichón parado", representaba una apuesta segura (one-way bet).
En el verano de 1993 ese factor de inestabilidad quedó atemperado al ampliarse al 15% la banda de fluctuación (vista la capacidad de realce del nuevo modelo de banda, la llamé por eso " Wonderband"). La estabilidad del SME se acrecentó aún más a medida que, dominada la inflación, el Bundesbank redujo sus tipos de interés. La pieza teórica que faltaba, la posibilidad de que la moneda clave pueda devaluarse alguna vez, se acaba de incorporar in articulo mortis al SME.
El efecto perturbador de los one-way-bets en el mundo de las finanzas es bien conocido. Hace décadas, en las postrimerías del Sistema de Bretton Woods, produjeron grandes corrientes especulativas en favor del marco alemán, que sólo se calmaron cuando Alemania dejó flotar su moneda para que se apreciara frente al dólar. A principios de los 90, la (efímera) estabilidad de los tipos de cambio en Europa convirtió en una "apuesta segura" invertir en las monedas de tipos de interés más altos, lo que dificultaba a sus bancos centrales la lucha contra la inflación (esta paradoja -la paradoja de Walters-, reaparecida en los últimos meses, guarda relación con la decisión irlandesa de revaluar). El domingo pasado, Hans Tietmeyer, presidente del Bundesbank, acusó al Fondo Monetario Internacional de salir siempre al rescate de los bancos extranjeros e inversionistas que, sin reparar en riesgo, colocan sus capitales en mercados emergentes. El fondo, al proteger a los acreedores extranjeros de su propia imprudencia ("azar moral"), convierte tales flujos especulativos en on-way bets y con ello siembra la semilla de futuras crisis financieras.
Sostengo que muchas polémicas en economía tienen su trasunto histórico en viejas disputas teológicas. No en balde el genuino inventor del concepto de one-way bet fue Blaise Pascal, el filósofo francés del siglo XVII que, entre otras contribuciones matemáticas, fundó la teoría de la probabilidad. Pascal, convencido de que la fe religiosa era una gracia divina no alcanzable por la simple razón, consideraba, sin embargo, poco racionales a los ateos que se conducían como si Dios no existiera. ¿Dios existe o no existe? La razón no puede ayudamos. Sopesemos sin embargo pérdidas y ganancias suponiendo que Dios existe. Estudiemos estos dos casos: si ganais, lo ganais todo; si perdeis, no perdeis nada. Apostad, pues, sin vacilar que Dios existe". En suma, el ateo racional debe actuar "como si creyera, tomando agua bendita, haciendo decir misas... Finalmente os dareis cuenta de que habeis apostado por una cosa segura, infinita, por la que no habeis dado nada". (Aclaración para libertinos: Pascal se entregó a la la vida mundana" después de que su hermana pequeña se metiera monja en Port-Royal; pero, escaldado de ese período, negó desde entonces todo valor a la vida licenciosa).
Rindamos homenaje a Francia y a sus filósofos. En vez de one-way bets, mejor apuestas de Pascal.
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