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Reportaje:

Unidos por la genética dos veces

Tres hermanos científicos de Girona,repartidos en tres países, logran un hallazgo en común gracias a su lejanía

Entre los tres hermanos Brugada Terradellas suman más de 40 años escrutando los secretos del corazón. Cada uno desde una punta del mundo, los científicos, nacidos en Banyoles (Girona), han descubierto (véase EL PAÍS de ayer) la alteración genética culpable de la muerte súbita en corazones sanos (pérdida momentánea del pulso y la respiración, con alto índice de mortalidad).En el hallazgo -bautizado como síndrome Brugada- se han combinado cuatro ingredientes: mucho tesón, casualidad, la distancia... e Internet, sistema por el que se intercambian datos a diario. Pedro, el mayor, de 45 años, dio el aviso de salida desde el Cardiovascular Research and Teaching Institute OLV, de Aalst (Bélgica). "En 1987, un polaco se escapó a Bélgica -aún no había caído el muro de Berlín- para que yo viera a su hijo de dos años al que él había reanimado de varias muertes súbitas. Ya había perdido a una hija por la misma causa. Vi un electrocardiograma del niño y me llamó mucho la atención. Se me ocurrió pedirle uno de la niña y comprobé que eran exactamente iguales". Entonces Pedro se puso en contacto con Josep, el mediano, de 40 años, en el hospital Clínico de Barcelona, para que reclutara familias en España con el fin de comprobar si también en un país del sur se presentaba esa peculiaridad. Y así fue.

En 1995 entra en escena Ramón, el menor, de 31 años, investigador genético en el Baylor College of Medicine de Houston (EE UU). "Fue un golpe de suerte el que me pudiera meter en el estudio, porque estaba especializándome en genética aplicada a las arritmias. Así que cada vez que mi hermano encontraba a una familia española yo me iba a Girona hablaba con ella y le sacaba sangre que luego analizaba en EE UU". "Y de paso, veía a mis familiares, lo que me venía muy bien", añade.

Eligieron 63 pacientes-y observaron que el 40% presentaba antecedentes familiares de la enfermedad: una alteración que un gen del cromosoma 3 provoca en el canal de sodio cardíaco (el que regula la actividad eléctrica del corazón). "El resultado tiene mucha importancia porque es el primer paso para la curación de la enfermedad, que pasará por cambiar el código genético en esas familias afectadas", observa el precursor. El niño por el que se inició la investigación tiene ahora 14 años y está muy bien, dice su salvador.

Los Brugada forman una familia científica en la que no había antecedentes médicos. Sus padres se ganaban la vida al frente de un matadero de conejos; "por allí pasábamos en verano todos los hermanos a trabajar", cuenta Josep. Los tres acabaron dedicándose a la medicina, como cardiólogos, con unos curriculos apabullantes. "Fue por casualidad, yo quería ser hematólogo, pero el catedrático me sugirió cardiología", dice Pedro. En los otros dos hermanos, el ejemplo del mayor contribuyó a su elección. La cuarta de la familia trabaja en un banco.

Después de tantos años estudiando el corazón, aún les parece misterioso. "Es increíble que siga latiendo toda la vida con lo mal que le tratamos", comenta el pequeño, quien considera el tabaco como el mayor enemigo del corazón. "Fumar debería estar prohibido", sentencia. Josep no logra entender cómo algunos corazones enfermos "pueden continuar". En su opinión, el secreto quizá estribe en "saber reírse, tomar el sol o pasear con los amigos". Porque ni el estrés es capaz de acabar con este músculo, según Pedro. "No es malo si uno sigue ganando la batalla diaria. El problema viene cuando un estresado pierde.Entonces llega la depresión, que, unida al estrés, provoca los infartos".

Los tres insisten en que jamás se han mirado de reojo. "Al tener cada uno nuestro campo definido evitamos los enfados", dice Pedro, el mayor. El único inconveniente de formar un equipo de hermanos es que "a veces los colegas nos confunden", continúa el mayor. Éste y el mediano siguen ahora dedicándose a sus pacientes. Y el menor investiga la causa de otra arritmia cardiaca en músculos sanos: la fibrilación auricular (en este caso benigna), pero "la gran desconocida y la que afecta a más gente", observa. Por eso espera conocer este año qué gen está implicado en ella.

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