La enfermedad de Yeltsin obliga a suspender la cumbre de la CEI
La salud del presidente ruso, Borís Yeltsin -aquejado de una aguda infección respiratoria-, y el malestar de los líderes de varias antiguas repúblicas soviéticas, descontentos con la política de Moscú, determinaron ayer el aplazamiento de la cumbre de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), organización de 12 países que se formó después de que la URSS se desintegrara a fines de 1991.
Yeltsin continúa en su residencia de campo Gorki-9, al oeste de Moscú, por recomendación de los médicos, que temen que si se reintegra al trabajo pueden surgir complicaciones bronquiales y pulmonares. El líder ruso ha sufrido varios ataques al corazón y hace un año y medio le hiceron un operación de quíntuple puente cardiaco. Convalece desde el jueves por la tarde, cuando se resfrió y tuvo que ser sometido a un tratamiento con antibióticos.El presidente ha contagiado a su esposa, Naína, quien después de celebrar el domingo su cumpleaños, amaneció anteayer con fiebre. La epidemia de gripe que actualmente afecta a Moscú también ha atacado a algunos adversarios de Yeltsin. Así, el comunista Guennadi Selezniov, que encabeza la Duma Estatal o cámara baja del Parlamento ruso, guarda cama desde el lunes.
El consejo médico que exami nó a Yeltsin ayer por la mañana en Gorki-9 recomendó al presidente que se quedara en cama parte del día y que se abstuviera de participar en cualquier actividad pública esta semana. Yeltsin sigue un poco afónico, y "cualquier esfuerzo de las cuerdas vocales es desaconsejable", según los médicos. Mientras tanto, de creer a quienes le han visto en los últimos días, el líder ruso no se siente mal y cuesta convercerle de que siga las recomendaciones médicas. El gran violonchelista Mstislav Rostropóvich, que el domingo fue a cenar con su esposa, la cantante Galina Vishnévskaya, a la residencia presidencial, declaró que encontró bien a Yeltsin y con deseos de ir al Kremlin el lunes.
La cumbre de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que estaba prevista para mañana, tuvo que ser aplazada ante la imposibilidad de que Yeltsin asistiera. Pero numero sos observadores piensan que la postergación de la reunión también tiene causas políticas. Incluso hay quien llega a decir que si Yeltsin no hubiera realmente enfermado, habría que haber inventado otra disculpa para evitar una cumbre que podía terminar en un rotundo fracaso para Rusia. En la última cumbre de la CEI ya hubo serias críticas contra Rusia.
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