Gastronomía 'a la Guinness'
El furor por lo irlandés ha provocado que las tabernas de esta filiación proliferen en la capital como setas o, para ser más propios, como tréboles (con los que san Patricio explicaba el misterio de la Santa Trinidad, ahora sinónimo de buena suerte).Si a principios de los noventa apenas se contaban tres o cuatro locales ahora el número casi se ha cuadruplicado. Y la fiebre amenaza con extenderse: Alcalá de Henares y Getafe han estrenado en los últimos meses sendos pubs.
El negocio, además, se ha diversificado. Ya no basta con una decoración más o menos rústica, un grifo de cerveza negra y una buena colección de whiskys. Ahora también interesa la gastronomía, aun cuando Irlanda tampoco sea un paraíso del gourmet.
San Patricio en Madrid
En Bó Finn (Velázquez, 97), Finbar's (Marqués de Urquijo, 10), Finnegan's (plaza de las Salesas, 9), La Fontana de Oro (Victoria, l), Irish Rover (avenida de Brasil, 7), Moby Dick (avenida de Brasil, 5), Molly Malone (Manuela Malasaña, 1 l), Moore's (Felipe III, 4), O'Connor's (Almagro, 3), O'Donnell (Barceló 1), O'Neill's (Príncipe, 12) The Quiet Man (Valverde, 4) y Triskel (Corredera Alta de San Pablo).
Hoy se pueden degustar en Moore's unas ostras a la Guinness y un pollo a la ídem por 1.200 pesetas. El Irish Rover ofrece a mediodía un buffet irlandés por 1.500 pesetas (pinta incluida).
Bó Finn apuesta por una carta más completa (estofado, salmón ahumado salvaje o las inevitables ostras) con música en directo. Se puede comer de menú por 1.300 pesetas y entretenerse con su cunosa colección de fotografías de los felices años veinte tomadas por un sacerdote.
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