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La región destina a programas de investigación el 2% de su riqueza

La Comunidad de Madrid destina cerca de 45.000 millones de pesetas, el 2% de su producto interior bruto, a proyectos de investigación. Este índice supera en una décima la media euroea y duplica con creces la nacional, que apenas alcanza el 0,8%. Pese a la bondad de esos datos, el director general de Investigación de la región, francisco Rubio, advirtió ayer que la aportación de la empresa privada aún era insuficiente y que la nueva y brillante generación de investigadores apenas encuentra trabajo.

Rubio, que mantuvo un desayuno de trabajo con una docena de periodistas, aprovechó para dejar caer que le gustaría contar con un presupuesto más holgado. Su dirección general gestionará este año un total de 4.500 millones de pesetas, el 0,86% del dinero que maneja el Ejecutivo regional. "Puesto que la investigación ocupa el 2% de los recursos en Madrid, pretendo que mi departamento, en el futuro, también llegue a ese 2%", reconoció.Con todo, 4.500 millones dan para un buen número de iniciativas prometedoras. Las nuevas tecnologías absorben este año casi 1.000 millones de pesetas, mientras que otros 828 se dedican a temas sanitarios: investigaciones sobre cáncer, sida, enfermedades metabólicas y estudios patológicos del sistema nervioso, fundamentalmente. A lo largo de esta década, estos programas han permitido descubrir en Madrid casi un centenar de oncogenes y media docena de genes supresores de tumores. Otras investigaciones más madrileñas incluyen el desarrollo del metrobús o un estudio sobre la virosis del melón de Villaconejos. Pero el director general no se dejó llevar por la complacencia. Francisco Rubio empezó advirtiendo que las empresas privadas "tendrán que ir acostumbrándose a aportar más a la investigación", y puso el centro de investigación que Repsol integrará en la Universidad Rey Juan Carlos como ejemplo de por dónde debían ir las cosas. Acto seguido, Rubio se lamentó de que las nuevas jornadas de científicos, "un personal joven y valiosísimo con un currículo espectacular", encuentre dificultades para acceder a un puesto de trabajo en España. En este sentido fue más allá: "El problema, a mi gusto, es que aquí los puestos vitalicios se obtienen demasiado pronto, y eso significa que las plazas están bloqueadas". ¿Qué hacer? Rubio, que trabajó 24 años en el extranjero, propuso "a título personal" un modelo parecido al alemán, a base de contratos bianuales que no son indefinidos hasta los 12 años. "No se puede pretender que el sistema siga generando permanentemente nuevas plazas. Con el descenso de la natalidad se nos avecina un exceso de profesores", apuntó.

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