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El PP y el PSOE creen muy difícil que la Mesa de Ajuria Enea apruebe hoy el plan de Ardanza

Pedro Gorospe

El PP y el PSOE estiman muy difícil que la Mesa de Ajuria Enea apruebe en su reunión de hoy el plan de paz del lehendakari para Euskadi. Los dos partidos cuestionan de forma frontal el esquema de trabajo que propone, así como su pilar: un diálogo sin límites previos en el que también participaría HB. Aunque el propio José Antonio Ardanza se declaró el viernes "moderadamente optimista", lo cierto es que en la Presidencia hay preocupación al considerar que las objeciones del líder socialista, Joaquín Almunia, "son menos constructivas" que las de los populares.

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Los partidos se enfrentarán hoy a una discusión que todos califican de muy importante: la del plan de Jose Antonio Ardanza, que ha generado una gran polémica entre gobernantes, legisladores y jueces. Un debate público que los socialistas, los populares y los nacionalistas consideran perjudicial para analizarlo con serenidad, sobre todo a las puertas de las elecciones vascas del 25-O. Por su parte, el presidente de Eusko Alkartasuna (EA), Carlos Garaikoetxea, declaró ayer que acudirá a la cita con la intención de "desenmascarar" la postura del PP y el PSOE, en los que ve "intentos obstruccionistas" de la propuesta o de remitirla a un "futuro indefinido".En ese contexto, la idea del lehendakari de que su texto íntegro se convierta en el de todos pasa por horas bajas, especialmente teniendo en cuenta las críticas del PP y el PSOE. La Presidencia vasca está preocupada porque "Ias objeciones socialistas son menos constructivas que las populares". Aunque ni unos ni otros aceptan la base del plan, es decir el diálogo con HB sin limitaciones previas que seguiría al cese de la violencia y la aceptación por las instituciones del Estado de los acuerdos que salgan de él, al menos el PP "apuesta por explorar todas las posibilidades de la Constitución y el Estatuto de Gernika, incluidas sus previsiones de reforma", explica.

Aunque portavoces de ambas formaciones han asegurado a Ardanza que sus observaciones no son documentos alternativos, sino aportaciones al suyo, las sustanciales diferencias hacen difícil que éste se ha aprobado mayoritariamente tal y como está. Sin embargo, ninguno quiere descolgarse públicamente porque el Pacto sigue siendo un referente social del diálogo y la unión de los demócratas frente a la violencia y de sus discursos en la política de pacificación. Fuentes socialistas y conservadoras sostuvieron ayer que el acuerdo "es casi imposible". La discrepancia sobre los contenidos, y el momento del debate no impedirán, no obstante, que sus representantes hagan un esfuerzo hacia una solución que mantenga vivos los trabajos de la Mesa.

Solución de mínimos

Así, Ardanza intentará arrancar a los partidos el compromiso de que el documento "no es rechazable de plano" para desde esa base fijar los límites de cada cual e iniciar otro proceso de reflexión. Un acuerdo de mínimos, pues, al que podrían poner pegas los que secundan sin limitaciones el plan: PNV, EA, IU y Unidad Alavesa (UA).El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, precisó ayer que, si el encuentro es un fracaso, "el Pacto no peligrará, sino que seguirá en estado de languidez": "Aunque sólo estemos en el mínimo de que los demócratas neguemos el recurso a la violencia para conseguir fines políticos, ya es importante". EL coordinador de IU, Javier Madrazo, quiere que se busque un amplio acuerdo porque "la propuesta se basa en el punto 10 del Pacto" y la continuidad de la Mesa " es importante. El secretario general de UA, Pablo Mosquera sostiene que los partidos tienen que "establecer el camino para comenzar a gestionar la paz".

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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