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Los biólogos revelan que sobreviven y al menos 11 linces en la región

Vicente González Olaya

Madrid asistirá en los próximos diez años al final de los últimos ejemplares de lince de la región si no se toman medidas urgentes. En la actualidad sólo sobreviven entre 11 y 13 ejemplares en la esquina suroeste de la región. Un informe encargado por la Consejería de Medio Ambiente destaca que estos animales desaparecieron en los últimos diez años del Monte de El Pardo y de las sierras de Ayllón y Hoyo. Los últimos felinos se agrupan en una área definida entre los términos de Robledo, Cenicientos y Villamanta. Sus posibilidades de supervivencia son mínimas.

En 1863, según los cronistas de la época, a la capital llegaban cada año más de 300 pieles de linces cazados en los alrededores de la ciudad. En los años cuarenta de este siglo, todavía se cazaban a escopetazos en la sierra de Ayllón. Ahora, la última docena de ejemplares sobrevive acosada por las trampas y lazos ilegales, las autovías, las urbanizaciones, el vallado indiscriminado y el veneno de los furtivos. El informe, elaborado por la empresa Boscaje, SL y la Consejería de Medio Ambiente, lo expresa claramente: "Estos factores, unidos al progresivo aislamiento que va padeciendo la población madrileña de linces respecto a otros núcleos de la especie y a la disminución general que sufre su población, la colocan en una situación actual verdaderamente crítica, al borde de la extinción".

El último del Guadarrama

El lince (lynx pardina) está considerado como el felino más amenazado del planeta. La probabilidad de extinción, en diez años, en España es del 50%. En Madrid, mayor aún. A principios de siglo, estos animales se extendían por el Alberche, las cuencas del Guadarrama y Manzanares, las sierras del Guadarrama y Ayllón y la Alcarria madrileña. En los años cuarenta, los linces habían desaparecido ya de la Alcarria y el Manzanares. En los sesenta ya sólo quedaban en el Guadarrama y el Alberche. En los setenta murió en Collado Mediano el que quizás fuese el último ejemplar de la sierra del Guadarrama. Ahora sólo quedan en el Alberche, y totalmente separados de sus congéneres de Ávila, con los que formaban un, único núcleo.Los expertos consideran que, además, los últimos ejemplares madrileños viven atrapados entre las vallas de los cotos de caza. "Las vallas cinegéticas constituyen un grave peligro, ya que en los pasos más utilizados suelen colocarse lazos con el fin de erradicar a las poblaciones", dice el informe. Los propietarios de las fincas intentan así preservar los conejos que viven en estos terrenos.

Para determinar el número de estos felinos que queda en Madrid, los expertos han empleado todo tipo de técnicas: desde entrevistas con personas que supuestamente han avistado linces hasta ingeniosas trampas. Una de ellas consiste en la emisión de "chillidos de conejo", la principal fuente de alimentación, y de maullidos de felinos en celo. El resultado de las investigaciones cifra entre 11 y 13 el número de ejemplares en la región.

"Los linces que actualmente se encuentran en Madrid", dice el informe, "son residuos de la floreciente población anterior". Para evitar la desaparición de esta especie, los expertos proponen la limitación de las infraestructuras (no desdoblar la carretera de Brunete a San Martín de Valdeigleslas ni crear nuevos vertederos), impedir la construcción de nuevas urbanizaciones en este área y eliminar las prácticas ilegales de caza. "La calidad del hábitat en muchas áreas de la sierra de Hoyo de Manzanares y del Guadarrama (sierra del Francés y la Pedriza), junto con la protección que supone el pertenecer al Parque Regional del Manzanares, hace posible albergar esperanzas de que la especie se establezca en estas tierras".

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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