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Tomey logró mantener el liderazgo de AP en Guadalajara en 1984 captando a un disidente

Javier Casqueiro

Las artes políticas del actual presidente del PP en Guadalajara, Francisco Tomey, para acaparar el poder en esa provincia se pusieron en evidencia un año después de aterrizar en ese cargo, en 1984, cuando 13 de los 25 miembros del comité ejecutivo provincial de Alianza Popular (AP) plantearon a la dirección nacional una moción de censura. No prosperó. Tomey contó con el apoyo de la cúpula de AP -Manuel Fraga y Jorge Verstrynge- para presionar al líder de los disidentes. Y el hijo de éste resultó presidente de la Caja, desde donde concedió créditos millonarios a los Tomey.

La dirección de AP no estaba satisfecha con la situación del partido en Guadalajara en 1983. Tomey llegó desde Madrid, afianzó su poder y ganó todas las elecciones que se le presentaron. Hubo épocas en las que AP y luego el PP no rompía su techo electoral en casi ningún lugar de España. Los populares de Guadalajara ya eran entonces una excepción. Tomey capitalizó esos éxitos y laminó así a sus adversarios internos.En 1984, por ejemplo, acabó con una incipiente disidencia por la vía más rápida y fulminante. Una comisión de críticos, que llegó a sumar la mayoría en el comité provincial (13 de 25), remitió una carta a la dirección nacional de AP reclamando la cabeza de su presidente. El entonces secretario general de AP, Jorge Verstrynge, tomó cartas en el asunto y citó a ambos sectores en la sede central del partido para firmar -a puerta cerrada y en una tensa reunión- la paz.

Los disidentes, sin embargo, no aceptaron la oferta y se propusieron derrocar a Tomey oficialmente con una moción de censura. Lograron que se fijara una sesión del comité para de batir la cuestión. Ese día, un de los principales dirigentes críticos, Fernando Aldana, alcalde de Mandayona, varió sorprendentemente su posición y su voto. Tomey salió reforzado y programó inmediatamente otra cita para ampliar el cupo de miembros del comité con incorporaciones de su sector que le aseguraron el poder en el futuro sin contratiempos.

Fuentes del sector crítico, que se sintió traicionado por Aldana, aseguran que Tomey consiguió que cambiase su voto ofreciéndole a su hijo Juan José la presidencia de la Caja Provincial de Guadalajara. Juan José Aldana accedió finalmente a la presidencia en 1986.

El entonces secretario general de AP, Jorge Verstrynge, confirma que Tomey efectivamente le habló de la posibilidad de variar la posición de Aldana y admite que él presionó para volcar la actitud de ese disidente reclamando incluso la intervención directa de Manuel Fraga. Verstrynge justifica su actitud en la ideología centrista de Tomey, próxima en aquel momento a la suya, y en su rechazo a las creencias demócratacristianas de sus oponentes: "Yo soy ateo desde los 16 años y no iba a dejar el partido en manos de la democracia cristiana".

Juan José Aldana completó más tarde como presidente de la Caja Provincial de Ahorros de Guadalajara una gestión más que polémica y plagada de acusaciones. Entre otras actuaciones, Aldana concedió préstamos por un importe global de 500 millones de pesetas a una empresa de la que era accionista la mujer y el hermano de Tomey y la esposa del propio Aldana para construir 32 chalés a orillas del pantano de Entrepeñas. La Caja otorgó a esa firma un crédito que cubría el 100% de la financiación de esa obra. Los chalés no se vendieron y la Caja, que se quedó con su propiedad, aún está intentando tapar ese agujero con su venta a muy bajo precio. Aldana llegó a confesar más tarde, por escrito, que Tomey le presionaba para que concediera créditos de alto riesgo.

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El padre de Juan José Aldana, Fernando Aldana, alcalde de Mandayona desde hace 43 años, ni recuerda aspectos concretos de esa parte de su pasado ni quiere refrescar su memoria: "Hace siglos que no hablo con Tomey y de mi hijo hace mucho que no sé nada porque con él estoy muy disgustado". Fernando Aldana tiene 89 años y asegura que nunca ha cambiado de posición política: "Yo nunca he cambiado de bando porque siempre he sido de derechas de toda la vida, desde que me presenté como procurador en Cortes en tiempos del Caudillo [Francisco Franco]".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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