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La Iglesia de Barcelona se adhiere al manifiesto contra la línea de la Cope

86 representantes de organizaciones diocesanas denuncian "ataques a los derechos humanos, insultos y calumnias"

Más de dos tercios de los miembros del Consejo Pastoral Diocesano de Barcelona, el órgano que representa a las parroquias, las asociaciones y los movimientos de la diócesis barcelonesa, se han adherido al manifiesto de protesta contra el contenido de las tertulias de la Cope. El manifiesto, que fue redactado el pasado 26 de febrero, denuncia "la práctica continua de ataques a los derechos humanos, de insultos, de descalificaciones y de calumnias" en la cadena radiofónica controlada por la Iglesia.

Fuentes diocesanas indicaron que las adhesiones llegaron con extraordinaria rapidez. En menos de dos semanas, 86 de las 124 personas que forman el citado consejo se sumaron al manifiesto.A los primeros firmantes del texto -Carles Armengol, Jaume Danti, Joan Estruch, Nuria Gispert y Ramon Pascual- se han unido ahora, además de 42 de los 46 arciprestazgos de la diócesis, personalidades como la directora de Cáritas, Pilar Malla; el provincial de los jesuitas en Cataluña, Jesús Renau; el provincial de los salesianos, Domènech Valls; el catedrático Josep Vaquer; el escritor y sociólogo Salvador Cardús, y el delegado general de medios de comunicación del arzobispado, Marcel.lí Joan, entre muchas otras figuras relevantes de la Iglesia barcelonesa.

En el primer punto, el manifiesto expresa la "enérgica protesta por los continuos ataques que las tertulias de la Cope dirigen a Cataluña y a las autonomías, y a sus representantes elegidos democráticamente". El texto asegura también que la cadena propiedad de la Iglesia "desconoce la historia de Cataluña, que en el campo político y social siempre ha sido abierta y acogedora, y se ha distinguido por su interculturalidad, incluso en los momentos más oscuros de su historia".

Los firmantes constatan también Ia práctica continuada de ataques a los derechos humanos, de insultos, de descalificaciones y de calumnias que, además de ser antiéticas, son actitudes antievangélicas que no ayudan en nada a la, evangelización, que debería ser la única justificación de la existencia de una emisora de la Conferencia Episcopal Española".

El manifiesto se cierra con la petición a la Conferencia Episcopal -"principal accionista de la Cope"- para que "se defina de forma clara y diáfana sobre sus tertulias políticas", y con una declaración de apoyo al arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, "por las declaraciones que ha realizado estos últimos días a los medios de comunicación".

La Iglesia catalana, y más concretamente la archidiócesis de Barcelona -la segunda mayor de Europa, con más de cuatro millones de habitantes-, hace ya tiempo que se ha desmarcado de la política de medios de comunicación de la Iglesia española. Su participación en la Cope es mínima y ha optado por crear su propia emisora, Ràdio Estel. Tanto Carles como el resto de los obispos catalanes se han manifestado repetidamente en contra del contenido de las citadas tertulias, e incluso el cardenal comunicó al Vaticano su malestar en su reciente visita y pidió "un cambio en la línea ideológica de la cadena".

En las últimas semanas varios obispos catalanes mostraron pública y explícitamente su malestar con la Cope. Entre ellos, Joan Martí Alanís, obispo de la Seu d'Urgell, que la calificó de "prensa amarilla y sensacionalista".

Fuentes diocesanas indicaron que los que no se han adherido es porque no han sido localizados.

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