Almansa, chantaje, apretarse el cinturón
El fiscal preguntó en el aperitivo de la declaración sobre las relaciones de Conde con los otros acusados. Llegó el turno de Enrique Lasarte. El ex banquero narró:
-Le conozco en 1967, en el segundo curso de Deusto... al igual que a Fernando Almansa, y entablamos amistad.
Fernando Almansa es el hombre sobre el que Conde ha presumido de colocar o influir para su nombramiento como jefe de la Casa del Rey a finales de 1992, al ser sustituido Sabino Fernández Campo.
Nadie le preguntó ayer a Conde por Almansa. Pero le salió. Hubo otro momento estelar en materia de tiros por elevación, cuando el fiscal, que no podía dar crédito a lo que estaba oyendo, preguntó:
- ¿Confirmó usted con Suárez que le llegó el dinero?
-No. Navalón, al acordar la operación, me dio un teléfono para hablar con Suárez. Le llame para decirle que había hablado con Navalón y que estaba de acuerdo. Pero no hablamos de dinero, y menos por teléfono.
El fiscal insistió:
-¿Nunca más habló sobre el asunto con Suárez?
-En 1995 acudí a una comida en la casa e Suárez, en La Florida. Le dije que no estaba allí para hablar obre los 300 millones no para otros asuntos. No me dijo nada.
La referencia al encuentro tiene interés. El 21 de marzo de 1995, Suárez recibió a Conde. El ex banquero le informó sobre los documentos del Cesid (Centro Superior de Información de la Defensa) que poseía y le pidió que intercediera ante Felipe González para llegar a un "pacto" que le solucionase sus problemas judiciales. Más tarde, el abogado Jesús Santaella le entregó a Suárez documentos. Suárez transmitió a González lo que Conde y Santaella, por separado, le dijeron. El 23 de junio de 1995, Felipe González recibió a Santaella en su residencia oficial de La Moncloa.
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