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El chivo expiatorio chino

El malestar popular con la economía lo han pagado los chinos, tradicional chivo expiatorio de todos los males de Indonesia. Los chinos constituyen sólo el 3% de la población, y se podría estimar que llegan hasta el 10% si se incluye a todos los indonesios que tienen sangre china, pero controlan alrededor del 70% de la economía nacional. Suyas son las redes de distribución de alimentos por todo este enorme país de 17.000 islas y 5.000 kilómetros de anchura, y ellos están al frente del pequeño comercio. Así que cuando escasea la comida o los precios se disparan, como ha ocurrido en las últimas semanas, se les echa la culpa: algunos han pagado ya con sus vidas esta crisis y los que han podido se han marchado del país a esperar que pase el temporal, pero la inmensa mayoría se ha quedado en casa, temerosa de que un agravamiento de la crisis y la xenofobia antichina desaten un baño de sangre como el de 1965, cuando se les asoció con el intento de golpe comunista.

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Los chinos tienen mayor educación, capacidad de sacrificio y entrega que los pribumi, los étnicamente indonesios, y por eso fueron usados por la potencia colonial holandesa como intermediarios y recolectores de impuestos. "No me gustan los chinos", dice Taufik. "Sólo piensan en sus beneficios. No piensan en el país. No son solidarios".

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