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Los nacionalistas hindúes moderarán su programa para gobernar con el respaldo de una coalición

El planeta político indio era ayer un descomunal zoco en el que decenas de partidos medianos y pequeños, muchos de ellos con uno o dos parlamentarios, negociaban incesantemente la formación de una mayoría matemática de 273 escaños en el Lonk Sabha, la Cámara baja del Parlamento indio. A falta de algunos escaños por estructurar y pendientes de los tres todavía a elegir el proximo sábado, el Congreso y el Bharatija Janata Parti (BJT), las dos formaciones en liza , buscaban en un intento a las desesperadas posibles socios para formar Gobierno.

ENVIADO ESPECIAL

El Partido del Pueblo de India (BJP) está dispuesto a prescindir de los aspectos más conflictivos de su programa. Su líder, Atal Behari Vajpayee, se ha comprometido a gobernar por consenso.El BJP, coligado con otros 11 partidos, contaba ayer con 249 escaños. Frente a él se levantaba el Congreso, con las 166 actas acumuladas con ayuda de otros cuatro partidos. El Congreso daba por hecho que su afán por crear un frente laico contra el hinduismo del BJP atraería a los 96 diputados elegidos entre los nueve partidos que constituyen el Frente Unido y en la suma de esos dos bloques, con 264 escaños, basaba el Congreso su pretensión de formar Gobierno.

Era exagerar, porque aún no tenía la mayoría. No todo el Frente Unido, cuyo Gobierno perdió en diciembre el apoyo del Congreso, estaba por apoyar al Congreso. Y todavía quedaban los restantes 24 diputados elegidos por una decena de partidos minúsculos, intensamente cortejados por el BJP y por el propio Congreso.

En el fragor negociador, y dada la venalidad de muchos políticos indios, BIP y Congreso también trataban de atraer a su campo a partidos oficialmente comprometidos con el rival. En India, no hay trampa que no se haga para llegar al poder.

"El electorado ha hecho que sea difícil la formación de Gobierno para hacer notar que está contra la división y la fragmentación", dijo Vajpayee, quien aludió a la disposición de su partido a consensuar posiciones sobre asuntos más problemáticos. Entre los más conflictivos del programa se encuentran el plan de construir un templo sobre los restos de una mezquita destruida en 1992 en la ciudad de Ayodhya por radicales hindúes; retirar a Jaminu y Cachemira el estatuto especial que rige en aquel Estado ante la reclamación territorial que plantea Pakistán desde la partición, en 1947, e imponer un código civil uniforme con el propósito de acabar con las exenciones que se conceden a los musulmanes.

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Rama Hedge, líder de un partido nuevo aliado del BJP en el sur del país y posible ministro de Hacienda en un Gobierno de Vajpayee, mantiene que esas "son cuestiones que deben dejarse de lado porque la gente quiere que el Gobierno resuelva problemas de verdad, como la educación, la sanidad, que haya agua potable, que haya luz...".

"Al tener que gobernar con aliados deberán aguar sus políticas", dice K. K. Katial, adjunto a la dirección del diario The Hin du, que pese a su nombre no tiene nada que ver con la ideología del BIP y es uno de los principales rotativos indios. Lo que ha hecho hasta ahora intocable al BJP es "la exclusividad en favor de los hindúes, aunque no hablan de ello. Es un nacionalismo cultural que asusta a las minorías". Katial no cree que el BIP ponga en práctica esos tres puntos conflictivos y ve como principal consecuencia de la llegada de Vajpayee y los suyos al Gobierno "cambios de matiz" en la política económica, en la que se protegerá más a los empresarios indios y se dirigirán las inversiones hacia las infraestructuras.

John Vallamattan, portavoz de la Conferencia Episcopal Católica, tampoco ve con preocupación un Gobierno del BJP. "Es cierto que hay algunos fanáticos, pero también eran hindúes los que redactaron la Constitución", afirma. "Si intentan cumplir su programa electoral habrá tensión", lo que debe traducirse por graves disturbios y miles de muertos. "Habrá graves problemas si se ponen a legislar sobre la familia, la propiedad y las sucesiones en contra de las leyes por las que se rigen los musulmanes", afirmó tajante.

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