Una orquesta que mejora
Las formaciones de la Comunidad de Madrid, dirigidas por Miguel Groba, presentaron un muy atractivo programa con tres puntos de especial interés: la actuación del pianista Josep Colom, el primer premio Paloma O'Shea, hace casi un cuarto de siglo; la audición infrecuente de los dos lieder corales de Beethoven sobre textos de Goethe, Mar en calma y Viaje feliz, y las Cantigas de mar, para coro, orquesta de arcos con flauta y piano, de Rogelio Groba, basadas en poemas gallegos de José Filgueira Valverde (1906-1996).La orquesta comunitaria mejora día a día, pero aún suele suceder que su hermano mayor, el coro, despierte más aguda admiración. Se trata de un instrumento valioso y plural, bien afinado y cohesionado dentro del severo y fluyente estilo marcado por su director. El díptico marino de Beethoven, que inspiró también a Mendelssohn una obertura, sonó con perfección e incisiva expresividad.
Orquesta de Madrid
Orquesta y coro de la Comunidad de Madrid. Solista: J. Colom, piano. Director: M. Groba. Obras de Beethoven y R. Groba. Auditorio Nacional. Madrid, 3 de marzo.
Josep Colom es un pianista de alto vuelo virtuosista, pero, sobre todo, un músico de gran entidad. Protagonizó el Concierto en do opus 15 de modo admirable y con tan logrados matices que podíamos medir las coincidencias y disidencias que alberga con el clasicismo vienés. Hay en Colom como una secreta influencia de Luis Galve, al que le unió una gran amistad, lo que quiere decir también herencia más lejana de Isidoro Philips, uno de los grandes creadores de la moderna escuela pianística. Y además palpita en cuanto toca Colom un intimismo efusivo perfectamente controlado que redondea su categoría de intérprete y profesor. Su triunfo en el Auditorio fue muy grande.
Coro y orquesta se unieron en la mejor consecución de Miguel Groba: las Cantigas de mar de su primo Rogelio, de Ponteareas, como casi todos los Groba. Desde un espíritu popular y culto, el compositor gallego, figura de la generación del 31, transmite las imágenes líricas de su país a lo largo de seis poemas tratados con "autenticidad de origen", escritura transparente y gran belleza expresiva. -Las Cantigas representan bien el sentimiento nacionalista gallego, tan diferenciado, como otras obras emblemáticas,- de lo catalán, lo vasco o lo andaluz. Obtuvo de todos una interpretación refinada, fresca, viva y sutil.
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