Cuatro coreógrafas bailan con humor los avatares de su profesión

Cuatro coreógrafas decidieron unirse para montar un espectáculo que hablara de su profesión. Pero en broma, con sentido del humor. El resultado ha sido Estado hormonal, un montaje en el que la danza se mezcla con el teatro para transmitir al público las dudas y los problemas que surgen en el proceso de creación de un espectáculo. Las cuatro coreógrafas son Margaret Jova, Elisa Morris, Teresa Nieto y Denise Perdikidis, todas ellas de sobra conocidas en el mundo de la danza. Además, en esta ocasión se lanzan al escenario para interpretar su propio trabajo.

"Es una reflexión cariñosamente irónica y algo disparatada sobre nuestra profesión y sobre la sexualidad femenina. Se reflexiona sobre las relaciones de las mujeres con los hombres, se plantea de dónde proviene la fuerza creadora y cuál es su vínculo con la energía sexual", comenta Margaret Jova, que no pisa un escenario desde hace cinco años. El resto de sus compañeras actúa con más frecuencia.

Pero ¿qué tienen que ver las relaciones hombre-mujer o el sexo con el trabajo de una coreógrafa? "Todo son cuestiones que nos afectan como mujeres y como creadoras. Los cuelgues que nos cogemos con los hombres terminan influyendo en el trabajo", explica Jova. Estas cuatro artistas quisieron descubrir el estado ideal para la creación. Y llegaron a una insólita conclusión, que adelanta Jova: "Estar hambruna, insatisfecha y colgada es lo mejor para crear. Hay que luchar para no derrumbarse".

La música es original de José Luis Greco, al que se dirigieron a propósito para que creara una pieza con tonos "orgásmicos". "En la obra se reflexiona sobre el orgasmo femenino, por eso la música tenía que imitar ese sonido. En clave de humor, por supuesto", comenta Jova.

Estado hormonal, en la sala Pradillo (Pradillo, 12; metro Concha Espina), hasta el 8 de marzo, a las 20.30. 1.500 pesetas.