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Giuliani, alcalde de Nueva York, anuncia una gran campaña de civismo

Los ciudadanos reciben la iniciativa municipa con muestras de escepticismo

Rudolph Giuliani, el carismático alcalde de Nueva York, acaba de proponer una ambiciosa campaña para mejorar los modales de los vecinos. Giuliani quiere que haya más clases de ética en las escuelas, que se vigile estrechamente a los taxistas, a los que violan las leyes de tráfico y a los ruidosos. Todo ello para alcanzar "la noción platónica de lo ideal, el estado ideal de honestidad, integridad, limpieza y seguridad". En Nueva York, donde el sarcasmo es moneda de cambio y gana siempre el más rápido, la propuesta se ha recibido con gran escepticismo.

El pasado miércoles, Giuliani enumeró sus ideas para la ética ciudadana en una alocución a miembros de su gabinete, y líderes de la comunidad. Dijo que uno de los mayores problemas de Nueva York era la mala educación y el lenguaje de camionero de los vecinos, y propuso reimpulsar la enseñanza del civismo en las escuelas.Anunció asimismo que iba reforzar la prohibición de circular a más de 45 kilómetros por hora en el casco urbano, mediante controles policiales sorpresa, y que pondría más difícil el acceso a licencias para taxistas, que actualmente aterrorizan la ciudad con sus abruptos cambios de carril y frenazos en seco.

Giuliani también amenazó con la grúa a los coches cuya alarma esté sonando más de tres minutos, y propuso imponer licencias especiales para mensajeros y repartidores en bicicleta, que suelen ir en dirección contraria o por las aceras, atropellando a transeúntes y provocando accidentes.

En tono filosófico, Giuliani habló de todas estas cuestiones como si fueran condiciones de la libertad y la convivencia democrática.

Éxitos

Rudolph Giuliani, alcalde desde 1993 y probable candidato presidencial republicano en las próximas elecciones generales, cuenta con sus éxitos: ha conseguido erradicar de la ciudad a los limpia-parabrisas de semáforo y también está consiguiendo acabar con los sex-shops, aparte de haber reducido espectacularmente el crimen. Existen 155 sexshops con licencia municipal, y el alcalde quiere clausurar al menos 138.Pero la actual propuesta de imponer el civismo por decreto es ahora motivo de chiste y de guasa constante entre los neoyorquinos. The New York Times dijo en un editorial que los nuevos objetivos de Giuliani son "de una trivialidad penosa", sobre todo al compararse con los problemas serios de la ciudad como la educación y auténticas cuestiones de libertades civiles como la brutalidad policial.

Hace unas pocas semanas, Giuliani intentó imponer una política estricta de multas a peatones que cruzaran la calle en diagonal o fuera del espacio marcado por el paso de cebra. Se llegaron a vallar las aceras del centro para conducir a las masas de gente como si se tratara de ganado.

Pero la medida fracasó estrepitosamente por la oposición popular y por la negativa de la policía a colaborar en esta tarea.

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