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Francia organizará la cumbre de países centroafricanos en Guinea Ecuatorial

El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, pidió ayer tarde al presidente Jacques Chirac reforzar la colaboración entre ambos países. Al término de la entrevista que ambos mandatarios mantuvieron en el Elíseo por espacio de una hora, Obiang anunció que el Gobierno de París aportará, de hecho, ayuda logística a la cumbre de jefes de Estado de países centroafricanos que se celebrará en diciembre en Guinea Ecuatorial. Más en concreto, Obiang afirmó que Francia se responsabilizará de la seguridad de los jefes de Estado y sus correspondientes delegaciones, además de financiar parte de los gastos de este acontecimiento.

Teodoro Obiang ha llegado a Francia como amo y señor de un pequeño país de 400.000 habitantes destinado, aparentemente, a convertirse en el nuevo El Dorado africano. La producción de petróleo, tarea abandonada primero por la compañía francesa Elf y después por Hispanoil, tras una serie de intentos infructuosos, alcanza hoy en la antigua colonia española los 80.000 barriles diarios. Al calor de los dólares que fluyen ahora con el oro negro extraído por las empresas norteamericanas en esta república de 28,051 kilómetros cuadrados, la economía guineana creció el 40% en 1996 y el 50% en 1997. Todo invita a pensar en la continuidad de esta explosión económica.La empresa Mobil, la principal petrolera de Guinea Ecuatorial, proyecta grandes inversiones a corto plazo, al igual que otras firmas también norteamericanas, que negocian actualmente con el Gobierno de Malabo la construcción de una plataforma para la extracción de metanol en los alrededores de la capital, un proyecto valorado en 300 millones de dólares (unos 45.000 millones de pesetas). De ahí que el presidente Obiang quiera ahora revisar las condiciones fiscales de las ventajosas concesiones de explotación que animaron en última instancia a las compañías estadounidenses.

La visita a Francia de Obiang tiene probablemente que ver con este marco de situación y con la necesidad de diversificar los puntos de apoyo en la búsqueda también de un mayor protagonismo político centroafricano, además de cumplir con el objetivo permanente de renegociar la deuda exterior, estimada en 1994 en 290,6 millones de dólares. El propósito declarado de "reforzar la cooperación" con Francia encaja, sólo en los orígenes, con esa relación preferente iniciada en 1988, cuando Guinea Ecuatorial solicitó la entrada en la Francofonía como alternativa a la ruptura con España. Precisamente ayer, el Parlamento guineano votó la oficialidad del francés como segundo idioma del país.

La enseñanza del francés y las fervorosas declaraciones de adhesión no impidieron a las autoridades guineanas hacer oídos sordos a las reconvenciones de París sobre el respeto de las libertades y los derechos humanos, ni librar a Francia de las denuncias de fomentar supuestas conspiraciones y complós antigubernamentales.

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