Kohl pide que todos los socios asuman el coste de la ampliación de la UE

El canciller alemán Helmut Kohl invocó ayer los principios de solidaridad y cooperación que empujaron a Alemania a apoyar el ingreso de España en la Unión Europea (UE) para afirmar que ahora no se puede regatear el ingreso de los países del centro y del este de Europa, y pidió que todos los socios asuman el coste. Kohl replicaba así a una pregunta que nadie quiere responder. ¿Quién pagará la ampliación de la UE? Kohl apuntó que habrá largos periodos de transición -diez años, los mismos que pasó España- para el ingreso de los nuevos aspirantes. Y apuntó una obviedad: el mar Báltico es tan europeo como el mar Mediterráneo.

La teoría alemana de que los países que ingresen en el euro dejen de recibir los fondos de cohesión que deberán financiar las nuevas regiones pobres de una Europa ampliada, preocupa en España, pero nadie está dispuesto a pelearse por ahora.El presidente del Gobierno José María Aznar, se mostró en la conferencia de prensa que cerró la XIII cumbre hispano-alemana, celebrada el martes por la mañana en San Lorenzo de El Escorial, profundamente satisfecho de las relaciones entre los dos Gobiernos. Su entusiasmo le llevó a una encendída defensa de los valores que encarna el canciller Kohl al que presentó reiteradamente como, "un valor seguro para Alemania y para Europa". Aznar, en una velada crítica a los programas socialdemócratas, dijo que la actual situación de Europa no admite "experimentos". Y la receta "vale tanto para Alemania como para, España".

Aznar aseguró compartir los mismos valores "morales, políticos y económicos" que el canciller alemán y sin negar que existan diferencias de criterio sobre la construcción europea dijo que, no estaban dispuestos a "pegarse con los problemas". La ampliación europea, que España siempre ha apoyado, se resolverá de "forma coherente para España, para Alemania y para los intereses de la UE", añadió.

Aznar y Kohl mantuvieron ayer por la mañana una larga entrevista, continuación de la que sostuvieron la noche anterior en un restaurante de El Escorial, donde cenaron a solas. Según Aznar, sus conversaciones fueron abiertas, sin agenda, y se abordaron tanto temas de política exterior y defensa, como de economía.

Entre las prioridades citó la coordinación de políticas de cara a a la entrada en vigor de la moneda única, su sostenibilidad en el futuro y las políticas de empleo. Estas últimas deben estar basadas en la formación profesional, la estabilidad presupuestaria y las reformas económicas. Entre estas últimas apuntó la reforma fiscal, un "elemento básico para la formación de empleo", dijo.

Aznar y Kohl se reunieron ayer por la mañana, tras la ceremonia de honores, en la celda prioral baja del monasterio, decorada con algunos de los mejores cuadros -El Bosco, Tiziano, Veronés- que alberga el recinto conventual. Paralelamente, los ministros de Defensa, Eduardo Serra y Volker Rühe; de Exteriores, Abel Matutes y Klaus Kinkel; Economía e Industria, Rodrigo Rato y Josep Piqué y Gunther Rexrod, y algunos secretarios de Estado, se reunieron en salas próximas. La reunión plenaria, que cerró los trabajos de la cumbre, se celebró en la sala vicarial.

Aznar, en la conferencia de prensa final, anunció que "algunos se van a llevar una sorpresa" con los datos económicos sobre el año 1997, que se anunciarán hoy. El presidente del Gobierno recordó que hace un año había voces que ponían en duda la capacidad de España de entrar en el euro, a la que hoy se llega, dijo, por "una orientación positiva del Gobierno". "Ninguna política debe quebrar la estabilidad económica", aseguró Aznar y anunció su voluntad de "impulsar el proceso de reformas".

Kohl, que regresó a media tarde a Alemania tras recorrer con el presidente Aznar la basílica y la biblioteca del monasterio, se mostró confiado en su victoria en las elecciones legislativas del próximo mes de septiembre, pese a que los sondeos de opinión indican que está en desventaja frente a los socialdemócratas.