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TRIUNFO DE LA DIPLOMACIA

Clinton acepta el acuerdo alcanzado por Annan

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, anunció anoche que el acuerdo conseguido por Kofi Annan en Bagdad satisface las exigencias norteamericanas, pero añadió que no va a desmovilizar por el momento sus fuerzas en el golfo Pérsico. Clinton no ocultó su escepticismo respecto al cumplimiento por parte del presidente iraquí, Sadam Husein, de su acuerdo con el secretario general de la ONU. "Si Sadam tampoco cumple esta vez su palabra", dijo, "todo el mundo comprenderá que Estados Unidos tiene todo el derecho a responder en el momento y por los medios que escoja".

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La Operación Trueno del Desierto se evaporó finalmente antes de haber sido descargada sobre Irak. En una comparecencia ante la nación desde el Despacho Oval, Clinton aceptó que el acuerdo alcanzado por Annan permite el acceso "inmediato, sin restricciones e incondicional" de los inspectores de Unscom a "todos los lugares, incluidos los palacios presidenciales", donde sospechan que Irak fabrica o almacena armas químicas y biológicas. Esa era la condición norteamericana.Clinton añadió que, como se esperaba, la única contrapartida ,obtenida por Sadam Husein es que los inspectores vayan acompañados de diplomáticos internacionales. "Si se cumple, y ése es un gran 'si"', dijo Clinton, "el acuerdo permitirá el libre trabajo de Unscom". Pero señaló que juzgará al líder iraquí "no por lo que dice, sino por lo que hace". "Si no cumple esta vez, las consecuencias serán serias", advirtió.

El presidente de EE UU precisó que no emitirá un juicio definitivo sobre el acuerdo hasta conocer "varios detalles que deben ser aclarados a nuestra plena satisfacción". Annan regresará hoy a Nueva York e informará a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y luego al conjunto de ese organismo.

Clinton, que agradeció al secretario general de la ONU, los soldados norteamericanos y a los aliados de Estados Unidos su, participación en la resolución de la crisis, informó de que, antes de dar su cautelosa aprobación al pacto, había hablado por teléfono con Annan, Tony Blair, Borís Yeltsin y Jacques Chirac.

Aunque la Operación Trueno del Desierto queda en el limbo de las amenazas no materializadas, EE UU mantendrá una fuerte presencia militar, incluidos dos portaaviones, hasta finales de marzo y quizá hasta el próximo septiembre, según informó el Pentágono. "He ordenado", dijo Clinton, "que nuestras fuerzas mantengan un alto nivel de preparación hasta que comprobemos que los inspectores pueden ir allí donde quieran".

Esa actitud fue apoyada por Newt Gingrich, presidente de la Cámara de Representantes, y otros republicanos. "Debemos estar preparados para una acción inmediata si Sadam no cumple", dijo Gingrich. "Dado el pasado de promesas incumplidas de Sadam, creo que vamos a tener que volver a tratar este problema en uno o dos meses", auguró el senador John McCain. Trent Lott, líder republicano en el Senado, denunció que Clinton carece de "una política a largo plazo" respecto a Irak.

La Casa Blanca insistió en que el acuerdo ha sido posible porque EE UU ha esgrimido el "gran garrote". Según el propio Clinton, "nuestra dura respuesta fue esencial" para que Sadam cediera. La crisis de los inspectores, que ha durado cuatro meses con dos episodios de alta fiebre, ha demostrado, según el presidente, que la diplomacia debe estar apoyada por la disposición a usar la fuerza".

La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, y el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Bill Richardson, fueron los encargados de examinar el acuerdo alcanzado en Bagdad para asegurarse de que satisfacía las exigencias norteamericanas. Albright conoció el contenido del acuerdo a través de Richardson, que recibió una copia durante una reunión celebrada ayer por la mañana en Nueva York por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Albright también habló por teléfono con sus homólogos ruso, británico y canadiense.

Kofi Annan emerge como el gran vencedor de la crisis. A diferencia de Javier Pérez de Cuellar en la guerra del Golfo de 1991 y Butros Butros-Gali en Bosnia, el actual secretario general de la ONU puede apuntarse el gran éxito diplomático de haber evitado el ataque a Irak. Ha conseguido los objetivos proclamados por EE UU, pero deteniendo su máquina militar.

Nacido en Ghana hace 59 años, educado en EE UU y elevado a la secretaría general después de que Washington vetara a Butros-Gali y propusiera su nombre, Annan ha reafirmado la imagen que siempre ha querido dar: la de alguien que comprende a los norteamericanos, pero que no es su marioneta.

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