Ida y vuelta de Adams

EN LA rueda de negociaciones sobre el futuro de Irlanda del Norte no caben representantes políticos de grupos que sigan practicando la violencia. Por ello, siempre que las pruebas sean suficientes respecto a la autoría del IRA de los recientes asesinatos de dos protestantes, parece justificada la decisión de Londres y Dublín de expulsar de las negociaciones por dos semanas al Sinn Fein, brazo político del IRA. Aunque no está exenta de riesgos, pues si no regresa a la negociación, ésta puede verse condenada al fracaso.Gerry Adams, presidente del Sinn Fein, ha considerado "desgraciado" este castigo, paralelo a la expulsión por un mes que se impuso anteriormente al Partido Democrático Unionista (UDP) tras admitir su rama terrorista la autoría de un atentado. Está por ver que Adanis pueda controlar al IRA para que mantenga la tregua y alos seguidores del Sinn Fein, enfurecidos por la decisión.Pero al mismo tiempo que ayer pedía conversacionescon los primeros ministros de Irlanda y el Reino Unidopara superar esta "crisis", se reafirmó en su "estrategia de paz" y apeló a la calma. Se equivocaría si, pasadas las dos semanas de suspensión no regresara a una mesa denegociación que debe cerrar un acuerdo antes de mayo.Dadas las circunstancias, el Sinn Fein debe irse y regresar. Lo importante es lograr un acuerdo sobre el futurodel Ulster suficientemente atractivo para que cualquiertentación de volver a la violencia sea activamente rechazada por ambas comunidades.