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Reportaje:

Diario de cuatro días en Argelia

El eurodiputado 'verde' alemán Daniel Cohn-Bendit explica su controvertido viaje al país magrebí

Daniel Cohn-Bendit no ha cambiado. A sus 52 años, este diputado europeo por los verdes alemanes sigue siendo un rebelde: sus palabras molestan. A Cohn-Bendit le encanta ese papel. Lo ha demostrado en el viaje que hizo a Argelia del 8 al 12 de febrero pasado dentro de una misión del Parlamento europeo. Ha cosechado la desaprobación general: de sus compañeros diputados y de las autoridades argelinas. Mientras los medios argelinos le tacharon de "racista", el ministro argelino de Información le aconsejó en público ir al psicólogo. Sus compañeros eurodiputados le calificaron, por su parte, de "payaso político".Ésas fueron las razones que llevaron a Cohn-Bendit a revelar fragmentos de su diario argelino, en el que explica parte de lo ocurrido en Argel y que extractamos a continuación.

Bruselas, enero de 1998

Se constituye la comisión ad hoc del Parlamento europeo sobre la violencia en Argelia. Cohn-Bendit es nombrado portavoz. Desde hace meses se multiplican las noticias sobre violencia en Argelia, cada vez más horribles. "Organizar conferencias no era suficiente. Hacía falta ir. Era preciso dejar atrás las inquietudes sobre cuestiones de seguridad de algunos responsables del Parlamento. También nuestros propios miedos. Entonces empezó la lucha a brazo partido con las autoridades argelinas".

La delegación había hecho varias peticiones al ministro de Exteriores argelino cuando acudió a Bruselas, entre ellas alojarse en un hotel y no en una residencia oficial, entrevistarse con personalidades de la sociedad civil y libre circulación para poder hablar con gente de la calle. "Hasta cuatro días antes de nuestra partida no recibimos ninguna noticia de Argel. Cuando llegó el programa del viaje nos quedamos consternados. Además de tener que pernoctar en una residencia oficial, todos los encuentros previstos tenían que celebrarse en ese lugar, sin que cupiera la posibilidad de salir al exterior. Hubo coincidencia entre los nueve miembros de la delegación: o el programa se modificaba o el viaje era anulado."

Al final, Argel hizo un gesto: las entrevistas previstas se celebrarían en la Asamblea Nacional. "Se trataba de un compromiso, así que decidimos partir a pesar de todo. Me dije: 'Uno sabe cuando parte, pero no cuando regresa', para mostrar que no dudaríamos en enfrentarnos a las autoridades y marcharnos si fuera necesario. Una vez más, todos estuvieron de acuerdo".

Argel, 8 de febrero

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Durante el viaje hacia Argel, numerosos periodistas preguntaron: "¿Qué van a hacer en Argel?, ¿Van a hablar con el FIS [Frente Islámico de Salvación]?". "Para salir del embrollo les hablé del partido de fútbol que dura 90 minutos y que todavía no había comenzado."

Al llegar, Cohn-Bendit se puso enfermo ante el cortejo oficial de Mercedes negros que les esperaba: "Comprendí que el poder argelino era una mezcla de autoritarismo mediterráneo y soviético. Tenía la sensación de ser un muñeco del poder dentro de una aula dorada. Tenía un nudo en el estómago como cuando fui por primera vez a Israel en 1972 y me había prometido decir que no habría paz sin la creación de un Estado palestino, algo considerado como casus belli por los israelíes en aquella época. Sonreí cuando escuché a un eurodiputado comunista que aquel recibimiento le recordaba los buenos viejos tiempos en Moscú".

Asamblea Nacional argelina

"Fuimos recibidos por la comisión de Exteriores del Parlamento. Nos encontramos ante unas personas que querían hacernos ver el orgullo que sentían de una democracia nueva en un espacio que acababan de entreabrir. Nos relataron el largo debate que acababan de librar en el Parlamento sobre la seguridad pública. El diálogo se entabló de forma amistosa. Ningún tema era tabú. Ellos nos hablaron del apoyo al terrorismo islamista en Europa y nosotros de una comisión nacional de investigación sobre la violencia en Argelia. Fue en el fragor de la discusión cuando propuse la creación de una doble comisión de investigación que se ocupase de las dos cuestiones. La sorpresa y el malestar fue general entre mis colegas. Creían que se trataba de un golpe premeditado para ponerlos en una situación embarazosa. Pero los que me conocen saben que estas ideas me vienen a medida que la conversación avanza y que el estilo diplomático no es el mío".

Escándalo en el Senado, lunes 9

La recepción en el Senado hizo crecer la crispación entre Cohn-Bendit y sus anfitriones argelinos. "Una senadora, Leila Aslaoui, me dijo: "Ustedes los franceses han esperado más de treinta años para reconocer que no hubo sólo tres muertos, sino un centenar en la manifestación del FLN [Frente de Liberación Nacional argelino] en París el 17 de octubre de 1961". Reaccioné con fuerza: "¡Mentís! ¡La prensa francesa había denunciado esos hechos mucho antes de que hubiera un reconocimiento oficial". Me revolví otra otra vez cuando otra senadora nos reprochó no haber hecho nada en favor de la lucha por la liberación nacional. Después de haber recordado el movimiento e los mozos de equipaje, en el que participó mi hermano Gabriel, insistí en que la violencia existía desde la colonización de Argelia, una violencia estructural. E igualmente hablé de las luchas internas en el movimiento de liberación".

"Estas declaraciones fueron deformadas por una parte de la prensa argelina. Me atribuyeron haberme referido a una violencia específica de los argelinos. Estalló un escándalo. Me tachan de racista, de falsificador de la historia... Tras reflexionar, no me arrepiento e nada. Creo que responder de manera emocional a palabras emocionales es una forma de respetar al interlocutor. Me reconcilié con la que había tratado de mentirosa después de que el azar me sentara junto a ella en una cena".

Llamada de atención, martes 10

El estilo de Cohn-Bendit empezó a causar serios problemas a la mayoría de la misión. Por si fuera poco, el diputado lanzó una nueva bomba: pedir al número dos del FIS, Ali Belhadj, que condenara la violencia. ¿Una provocación gratuita? "Nada de eso. Venía de una conversación con una diputada del Frente de Fuerzas Socialistas a propósito del FIS. Partíamos de la hipótesis de un FIS renunciando solemnemente a la violencia". El martes por la mañana André Soulier, el presidente de la delegación, le avisó de que si seguía así iba a desmarcarse en público de sus declaraciones.

Miércoles, 11 de febrero

En los últimos encuentros organizados por el poder argelino y los escasos no programados, pero aceptados por los dirigentes, Cohn-Bendit se convenció de que la única vía que los europeos tenían de hacer algo por Argelia era ayudar a los demócratas a superar sus divisiones.

Última reunión, jueves 12

Bachir Bournaza, presidente del Senado, es un amigo de toda la vida de la familia de Cohn-Bendit. Se encuentran por casualidad dos horas antes de partir hacia Europa. "Tú eres el hermano de Gabriel, que pertenecía a la Cuarta Internacional y que me ayudó cuando vivía como clandestino en Francia. Te voy a decir una cosa: Los demás no saben hablarles. Tienes que volver. Quizá solo sería mejor".

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