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INMIGRACIÓN ILEGAL

Los negreros del siglo XX

La mafia cobra 500.000 pesetas para llevar a un magrebí de África a Italia

La Unión Europea ha encomendado a España que ponga muros en su frontera sur, la que linda con la pobreza y con la presión demográfica de África, para contener las oleadas de inmigrantes que, jugándose la vida a diario en cada milla y en cada kilómetro, intentan pasar el estrecho de Gibraltar con la esperanza de encontrar trabajo en el rico norte.Los candidatos a inmigrantes ilegales -"irregulares" prefieren llamarles las organizaciones que luchan por sus derechos para despojar al término de toda connotación negativa- están cogidos por una fuerte pinza: El hecho de que los países ricos de Europa no les dejen entrar legalmente, les arroja en manos de las mafias, negreros del siglo XX, que se aprovechan de un derecho para lucrarse sin escrúpulos.

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Ante esta situación, al magrebí y al africano que ve en Europa la solución de sus problemas no le queda otra opción que pagar a las mafías de Marruecos entre 300.000 y 500.000 pesetas -cifras -elevadísimas para su capacidad adquisitiva- para pasar a España. El precio varía en función del paquete: Si sólo se quiere cruzar el Estrecho, se paga entre 30.000 y 50.000 pesetas. Si además se quieren papeles falsificados, trabajo y transporte a España o un lugar de Europa, el precio va ganando altura. Y cuando lo que pide el irregular es el paquete completo (pase del Estrecho, transporte hasta un lugar de Italia con el pase de dos fronteras interiores), el precio se dispara hasta el medio millón, señala un mando de la Guardia Civil que quiere permanecer en el anonimato.

Expertos en extranjería del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil coinciden en señalar que desde el pasado mes de septiembre se viene notando un aumento en el tráfico de inmigrantes en la frontera de La Jonquera, población catalana lindante con Francia conectada con toda la red de autopistas europeas y por la que cada día pasa el mayor número de grandes camiones de España.

La mecánica de este tráfico humano es compleja y en ella interviene gran número de personas y de vehículos. "Los emigrantes", señala el oficial de la Guardia Civil, "tras pagarle al jefe de la mafia el dinero acordado, pasan el estrecho de Gibraltar de tres maneras: en las tristemente famosas pateras; ocultos en camiones o escondidos en maleteros y dobles fondos de furgonetas y coches".

Las entradas masivas, no obstante, se realizan en las peligrosas pateras. "Para pasar el Estrecho, las mafias utilizan la infraestructura de los narcotraficantes y los contrabandistas de tabaco", precisa Carlos Llorente, jefe del Grupo de Extranjeros del Cuerpo Nacional de Policía.

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Si los espaldas mojadas consiguen eludir la vigilancia de las patrulleras de la Guardia Civil -últimamente lo tienen fácil porque están paradas por falta de dinero para combustible-, si evitan los helicópteros que sobrevuelan el Estrecho y si salvan el control que los guardias civiles realizan en las playas andaluzas, tienen ante sí dos opciones: quedarse en España, preferentemente en Madrid o Barcelona, o proseguir viaje hacia Italia o Francia a través de La Jonquera.

En cualquiera de las dos opciones, las mafías concentran a los irregulares en puntos de las provincias de Granada, Almería o Málaga y desde allí, en furgonetas alquiladas para no dejar rastros, los van aproximando a la frontera de La Jonquera por el corredor del Mediterráneo, por la autopista o por la carretera nacional. En las cercanías de La Jonquera, en un lugar discreto, los inmigrantes son trasvasados a un camión de gran tonelaje y escondidos entre su carga.

"De esta manera, perdidos entre los miles de camiones que a diario pasan por aquel punto fronterizo, los camiones-patera pasan grupos de imigrantes de unas 30 personas al otro lado de la frontera francesa. Allí les dejan también en un punto discreto y una furgoneta les vuelve a acercar a las proximidades de la frontera francesa con Italia. La operación de La Jonquera se repite en las cercanías de Ventimiglia, donde otro camión entra al grupo en Italia", explica el mando de la Guardia Civil, quien añade: "Nuestro objetivo es pillar a las mafias, desarticular todos sus eslabones; no detener a los pobres inmigrantes, que han pagado un dineral y pasan todas las penalidades del mundo".

Los camioneros que hacen el pase de frontera son reclutados en algunos resturantes, bares y puticlubs de La Jonquera. "Los camioneros", añade un guardia, "ganan dinero y lo gastan a manos llenas. Algunos se dejan fortunas en las máquinas tragaperras, en timbas de cartas o en los puticlubs. Esto, los dueños de los bares de la frontera lo saben y a este tipo de camionero le ofrecen pasar al otro lado una partida de inmigrantes". Un camionero cobra entre 15.000 y 20.000 pesetas por inmigrante pasado. En el caso descubierto la última semana de enero, un camionero italiano llevaba en su camión a 32 magrebíes. Una ganancia limpia de 480.000 pesetas o de 640.000, según la tarifa, para pasar por un puesto fronterizo español y otro francés a los que Schengen ha dejado desiertos.

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