Enoch Powell, ultranacionalista británico
Político de principios absolutos, Enoch Powell fue admirado y odiado con igual intensidad entre sus colegas en el Partido Conservador y entre el resto de los británicos. "Su brújula moral nos encaminó en la dirección correcta. Nunca habrá otro Enoch", proclamó ayer Margaret Thatcher al conocer su muerte.Powell sufría de Parkinson y falleció a los 85 años en un hospital londinense de madrugada. Atrás queda su antorcha ultranacionalista, recogida parcialmente por la actual derecha conservadora, que definió en el infame discurso Ríos de sangre, de 1969. Su plática contra los inmigrantes y rotunda defensa de la repatriación involuntaria mereció la destitución del equipo del conservador moderado Edward Heath y sendas denuncias de racismo. Paradójicamente, también se ganó las simpatías de Thatcher y de miles de patriotas británicos.
El intenso patriotismo le motivó poco después a luchar contra el ingreso del Reino Unido en la Comunidad Europea y a defender la causa de la comunidad protestante en Irlanda del Norte. Por ello, Powell dimitió en 1974 del Partido Conservador, que representaba en Westminster desde 1950, para unirse a los Unionistas del Ulster. Indignado por el Acuerdo Anglo-Irlandés, que abrió la puerta a Dublín en los asuntos del Ulster, Powell abandonó la actividad política en 1987.-
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