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El último dueño de la Dehesa de la Villa cambia su suelo al municipio

Antonio Jiménez Barca

Los madrileños acaban de convertirse en dueños de todo el parque de la Dehesa de la Villa, en Tetuán. Eso al menos aseguró el concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, del PP, después de aprobar la firma de un convenio con una institución, el Colegio de Huérfanos de Hacienda, que poseía un pedazo de la zona verde, conocida por cerro de las Balas o cerro de Los Locos. A cambio del terreno, el Ayuntamiento cede a los huérfanos de Hacienda una parcela en el barrio de Moratalaz.

La parcela que pasa a dominio municipal mide 26.000 metros cuadrados. La que cede el Ayuntamiento en Moratalaz mide 12.500 metros cuadrados y el Plan General lo destina a uso dotacional. Esto permite erigir en ella un colegio o un polideportivo, pero no viviendas.El grupo municipal de Izquierda Unida criticó ayer el convenio. A su juicio, el parque entero era, desde 1901, propiedad de todos los madrileños. "Y lo que hace el equipo de gobierno es certificar una situación irregular que le hace perder unos 869 millones de pesetas", afirma Justo Calcerrada, de Izquierda Unida. "El Ayuntamiento tenía que luchar más por su patrimonio porque aquí tenía las de ganar", añade el edil. Tampoco el PSOE está de acuerdo: "Es inaudito que los madrileños nos tengamos que desayunar con que compramos una parte de la Dehesa de la Villa, que es de la ciudad desde los tiempos de Adán y Eva. El Colegio de Huérfanos de Hacienda no avala su propiedad. Pero no hay que olvidar que el alcalde es funcionario en excedencia del Ministerio de Hacienda", denuncia el concejal socialista José María de la Riva.

La Dehesa de la Villa, un parque que ahora ocupa aproximadamente unas 70 hectáreas, posee una historia casi tan antigua como la misma ciudad. En 1122 el rey Alfonso VII se lo regala al Ayuntamiento por la colaboración de los madrileños en una batalla contra los árabes. A lo largo de los siglos, esta zona verde que ahora está llena de ciclistas y de pájaros (70 especies diferentes) sirvió para alimentar las vacas de los ganaderos de la capital. De ahí el nombre de Dehesa de la Villa. También a lo largo de los siglos fue perdiendo metros cuadrados. En un principio albergaba casi la totalidad del barrio de Tetuán. Antes de la guerra civil la Ciudad Universitaria se quedó un pedazo; después se cedieron parcelas para un asilo, convertido ahora en colegio, y para la Junta de Energía Nuclear. Ahora, según el PP, se ha ganado terreno.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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