Alternativas a la guerra

Las verdaderas noticias de Washington no tienen que ver con el sexo: se planea una nueva guerra en Oriente Próximo. El objetivo es Sadam Husein. Los aliados implicados son Estados Unidos y el Reino Unido. Y debemos preguntarnos qué es lo que se espera conseguir. La guerra debería ser conducida por las Naciones Unidas, pero, al contrario que en la guerra del Golfo de 1990, no será aprobada por la ONU. Washington aduce que la fuerza está autorizada por resoluciones del Consejo de Seguridad. Si así fuera, incluso en un sentido amplio, no podría permitir que un miembro (en este caso dos) decida unilateralmente cuándo y cómo actuar. Es de suponer que el Consejo se reúna pronto para discutir esta cuestión. ( ... ) Ningún país de Oriente Próximo aprueba la propuesta, ni Irán, que sufrió graves pérdidas en. la guerra del Golfo. El efecto sería que el débil proceso de paz en Israel quedaría paralizado. Un ataque contra Irak es, además, algo dudoso como proyecto militar: el objetivo ( ... ) sería eliminar la capacidad de una guerra biológica que (se sospecha) se ha ocultado en ocho enormes recintos gubernamentales a los que se ha denegado el acceso a los inspectores de la ONU. ( ... ) Clinton y Blair coinciden correctamente al considerar grave la obstrucción de Irak en las inspecciones de armas. Pero la respuesta no es simplemente dejar que la fuerza avance hacia el desastre. La búsqueda de alternativas no militares debe seguir adelante., 28 de enero