El Insalud pide camas a los hospitales militares para afrontar la ola de gripe
La avalancha de enfermos aquejados de gripe y otras patologías registrada en las últimas 72 horas ha obligado a los grandes hospitales de Madrid a colocar el cartel de no hay camas. Con sus residencias más importantes (Ramón y Cajal, Doce de Octubre, La Paz y Clínico) al 100% de ocupación, el Insalud se ha visto obligado a pedir camas a los dos hospitales militares de la capital, el Gómez Ulla (Carabanchel) y el del Aire (Arturo Soria), adonde han sido enviados algunos enfermos .Nunca antes el Insalud había tenido que solicitar camas a los hospitales militares para atender de urgencia a sus pacientes. El Gómez Ulla ha cedido 60 camas, y el del Aire, 20. A estas 80 hay que sumar las 10 habilitadas en el hospital de la Fuenfría, enclavado en el municipio serrano de Cercedilla.
El problema con que se ha topado el Insalud es que durante el pasado fin de semana, coincidiendo con la ola de frío y nieve, las urgencias de sus hospitales se han visto desbordadas por los enfermos. En su mayoría son personas de edad avanzada que padecían ya alguna enfermedad cardiaca o respiratoria, agravada ahora por los efectos de la gripe.
La media de asistencias en los servicios de urgencia de los grandes hospitales se ha disparado. Si antes de los últimos fríos la cifra se situaba en torno a los 250 pacientes por hospital y día, en las últimas 72 horas la medida ha aumentado "hasta los 400 y 500 enfermos", según un portavoz del Insalud.
Un indicador de la presión sanitaria registrada en los últimos días es el número de llamadas telefónicas contabilizadas el pasado domingo en el 061, el teléfono del Insalud: se produjeron más de 6.600 llamadas desde domicilios, una cifra histórica. Además, ese mismo día fueron atendidas 4.000 personas en las urgencias hospitalarias.
Un 12% de los pacientes atendidos en las urgencias suelen quedar ingresados. De ahí que los grandes hospitales de Madrid hayan tenido que pedir auxilio al hospital Gómez Ulla y al del Aire y, paralelamente, suspender las operaciones programadas no urgentes con el fin de liberar camas.
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Camas de invierno
El Insalud aconseja acudir a los centros de salud para no colapsar las urgencias
Para absorber aquella primera oleada de enfermos, el Insalud tuvo que echar mano de las llamadas camas de invierno y preparó 166, que están distribuidas por los hospitales de la Cruz Roja, Virgen de la Torre, Carlos III Santa Cristina, todos ellos de titularidad pública. En diciembre pasado hubo que preparar, además, otras 150 camas y contratar personal para apoyar en los servicios de urgencias de los grandes centros sanitarios de la región.El proceso gripal en sí es similar al de otros años y cursa, según Navarro, "con fiebre alta y sensación de quebrantamiento general". Los más afectados son las personas mayores, pero también están acudiendo a las urgencias jóvenes que ven agravadas sus dolencias crónicas como consecuencia de la gripe.
"Los hospitales son los que están recibiendo la mayor avalancha de enfermos", añadió ayer el director provincial del Insalud, que recomendó a los enfermos que necesiten asistencia que, si es posible, acudan también a los 69 centros de salud de la región que poseen servicios de urgencia de atención continuada las 24 horas del día.
Las urgencias del Gregorio Marañón, uno de los hospitales más grandes de Europa, también soportan estos días una fortísima presión asistencial. A diferencia de los otros grandes hospitales de Madrid, el Marañón depende de la Comunidad de Madrid.
Por otra parte, la meningitis C sólo afectó a ocho madrileños desde el comienzo de la campaña de vacunación, el pasado 21 de septiembre. La consejera de Sanidad del Gobierno regional, Rosa Posada, informó ayer de que ninguna de las personas afectadas se habían vacunado y que sólo se produjo un fallecimiento en los últimos cuatro meses, una mujer de 70 años, mientras que en el mismo periodo del año pasado se registraron 26 casos de meningitis del tipo C y fallecieron seis personas. La incidencia de la meningitis en la región madrileña se ha reducido tras la campaña a 0,52 casos por cada 100.000 habitantes.
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