El colapso de la Biblioteca Nacional alarma a los usuarios del centro
El final de las obras de remodelación se prevé para el año 2000
La Biblioteca Nacional tendrá el año 2000 una nueva imagen exterior, tras la remodelación interior que aumentará el espacio útil entre un 35% y un 40%. Para entonces finalizarán las obras iniciadas en 1987. Pero la euforia de los responsables ante eI fin de una reforma que dura ya más de una década está empañada por la denuncia de trabajadores y usuarios del centro, que consideran que el "colapso" que sufre la Biblioteca por falta de personal -asumida por la dirección- puede llegar a ser insostenible. Un 60% de los trabajadores respalda el manifiesto En defensa de la Biblioteca Nacional.
La Biblioteca Nacional se encuentra inmersa en la actualidad en la última fase de las obras que comenzaron a finales de la década pasada. Unas obras que en los últimos meses han provocado protestas de usuarios, especialmente por el cierre de la sala de prensa diaria de la Hemeroteca Nacional y de la sala conocida como Biblioteca del Bibliotecario. Según Julio Martínez Mesanza, asesor de la dirección, esta última "se abrirá nuevamente en breve", aunque no hay una fecha fijada al respecto. En cuando a la sala de prensa diaria, la dirección de la Biblioteca aún no ha decidido si volverá a funcionar como tal. Martínez Masenza afirma que "el resto de los servicios relativos a prensa retrospectiva no se han interrumpido.Para 1998 la Biblioteca cuenta con 5.500 millones de presupuesto, similar al de 1992, año desde el que disminuyó paulatinamente, lo que permitirá, si los plazos se cumplen, terminar las obras el 31 de diciembre de 1999. "Esta reducción de los plazos implica que hay más salas a la vez en obras y que aumentan las molestias para trabajadores y usuarios, pero éstas durarán menos tiempo", afirma el gerente, Manuel Ruiz Barrero. Tanto este como Julio Martínez Mesanza insisten en los problemas que ocasiona el traslado de los fondos y la necesidad de cerrar ciertos servicios. Según Manuel Ruiz, "el número de quejas no llega a una al día en los últimos tres años".
Según Lorenzo Ruiz Hidalgo, uno de los facultativos de la Biblioteca y representante de la Junta de Personal, la situación que ha llevado a los trabajadores a hacer público un manifiesto de denuncia ha sido "una situación absolutamente anómala que viene de muy atrás". Para Ruiz Hidalgo, los males de la Biblioteca se remontan a la reforma de la Administración emprendida por el PSOE, y especialmente a los últimos cinco años. Respecto al optimismo existente por la reforma de la Biblioteca, el representante sindical advierte del peligro de que "este edificio se convierta en una magnífica sala de exposiciones con una biblioteca aneja".
Además de las obras de remodelación, el centro continúa también su proceso de informatización. Pero la falta de personal ha producido un colapso en ciertos departamentos, y en esto coinciden tanto los trabajadores como el equipo directivo. En la Biblioteca Nacional hubo el pasado año unos 800 visitantes diarios y se consultaron cada día 21.000 páginas. Pero hay un verdadero colapso, especialmente en lo que se refiere a la catalogación: Hay unas 70.000 monografías sin clasificar, lo que llevará a contratar una empresa privada para su catalogación.
De una experiencia similar realizada en los primeros años de esta década los funcionarios dicen que "los resultados fueron nefastos". Esto ha llevado a la dirección a establecer que la empresa elegida finalice el trabajo en nueve meses y que éste se realice en el propio centro, sometido a control interno. También la falta de personal de vigilancia propio ha llevado a contratar personal de una empresa de seguridad, que se encarga de la vigilancia en las salas, lo que ha provocado las protestas de algunos usuarios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.