La Embajada española en Israel
El 24 de noviembre del 97 mi abuela llegó a Haifa (Israel) en visita turística. Al día siguiente empezó a encontrarse mal. Trasladada al hospital más cercano, le hicieron las pruebas pertinentes y, dada la gravedad, decidieron que, por el riesgo que corría su vida, no podían trasladarla a España y la operaron de urgencia tras pedirnos permiso telefónico.Mi madre y yo volamos al día siguiente a Israel y nada más llegar contactamos con la Embajada española buscando orientación y ayuda. Su respuesta fue muy simple: no podían hacer nada.
Durante nuestra estancia en Israel mi abuela sufrió dos operaciones más mientras el país entraba en una huelga general de cuatro días, que, como comprenderá, complicó mucho nuestra estancia allí. Nuestra compañía de seguros desde Madrid movió cielo y tierra para ayudarnos (incluso con la huelga general logró trasladar a la enferma a España).
Por el contrario, la Embajada española en Tel-Aviv (a la que llamé en cinco ocasiones) ni tan sólo nos telefoneó a nuestro hotel para conocer la situación de sus tres ciudadanos.-