_
_
_
_
_

Un sacrificio de 20,000, millones

Los brotes actuales de peste porcina clásica constituyen la situación más grave para el sector en 20 años

Desde el pasado mes de abril, según los datos manejados por la Administración, se han sacrificado ya en España casi 900.000 animales de porcino con un coste para la Unión Europea, el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas de unos 20.000 millones de pesetas.De acuerdo con las primeras previsiones oficiales, sólamente con el desarrollo normal de los actuales nuevos focos en Segovia, Madrid y Toledo, el número de sacrificios podría elevarse en unas 300.000 cabezas más, hasta suponer casi el 3,5% sobre un censo total de animales de porcino de 30 millones de unidades.

Los brotes actuales de peste porcina clásica constituyen la situación más grave experimentada por el sector de porcino desde hace más de 20 años, superior incluso a los problemas derivados de la peste porcina clásica hace más de una década.

Más información
Cerdos comestibles

La ganadería de porcino española, con una producción en origen valorada en más de 500.000 millones de pesetas, constituye un sector clave en el conjunto del sector agrario español, actividad básica en la economía de muchas zonas como Cataluña, Segovia, Navarra, Orense o Zamora y actividad complementaria de rentas agrícolas en casi todo el país.

En la última década -tras un primer momento difícil después del ingreso de España en la UE y hasta que se erradicó en 1988 la peste porcina africana-, el sector ha experimentado un salto espectacular hasta convertir a España en el segundo país productor comunitario después de Alemania.

De país netamente importador por la existencia de la peste porcina africana, hoy el sector es netamente exportador, razón por la cual los actuales problemas de la peste porcina clásica suponen un golpe grave para uno de los puntales de la economía ganadera nacional.

El relación con esta situación hay diferentes preguntas que necesitan una respuesta para aclarar lo que está sucediendo en el sector.

¿Qué es la peste porcina clásica? La peste porcina clásica es una enfermedad infecto contagiosa producida por un virus que provoca en los animales afectados lesiones y hemorragias en intenstinos, hígado o bazo. Externamente, suele dar lugar a hematomas o partes rojizas en partes como el cuello, orejas o vientre del animal. Los animales afectados tienen síntomas de tristeza, fiebre y pocas ganas de comer.

¿Es peor o mejor que la peste porcina africana? Las dos son malas para la cabaña ganadera. Hay una tendencia en la opinión pública a considerar que la peste porcina clásica no es tan mala como la peste porcina africana. Es un error. Ambas enfermedades están producidas por un virus, aunque diferente. Los síntomas externos y los internos son similares así como sus consecuencias para el animal. Ambas no afectan a la salud humana. Lo que sucede es que la peste porcina africana tuvo siempre una peor imagen en el marco de la Unión Europea.

¿Es algo nuevo la peste porcina clásica? No es nada nuevo. Ha existido siempre tanto en España como en el resto de los países comunitarios. En España, hubo muchos casos hasta 1985. Desde esa fecha no se había vuelto a producir ningún brote. España no es el único país que tiene en este momento peste porcina clásica. En 1997, en Holanda se han producido unos 480 focos frente a los 80 de España. También hay peste porcina clásica en Bélgica, Alemanla o Italia. Holanda se ha convertido en un país exportador de peste porcina clásica.

¿Es posible vacunar? Hasta 1987 se vacunaba a los animales contra la peste en España con la llamada "cepa china" que consiste en inyectar al animal anticuerpos del virus. El problema que presenta esa vacuna es que, una vez inyectada en un animal, no se puede distinguir si se trata de virus procedentes de la vacuna o de la enfermedad.

La Unión Europea tiene prohibida la vacunación ante la negativa de países como Japón o Estados Unidos a importar porcino vacunado. Actualmente se trabaja en una nueva vacuna por la que sería posible diferenciar el virus vacunal, el introducido con la dosis, del de la enfermedad. Ello acabaría con todos los actuales problemas, aunque el producto aún no se comercializa.

¿Cómo se transmite la enfermedad? Se trata de una enfermedad fácilmente extendible. Lo más normal es que se transmita por el tráfico de animales. Igualmente puede haber contagio por útiles veterinarios, por los vehículos de transporte de animales si los mismos no han sido debidamente desinfectados, por la ropa si ha estado en contacto con granjas infectadas o por residuos. También podría difundirse por el aire, por el vertido de purines, aunque de estas formas es más difícil. El periodo de incubación del virus es de unos tres días.

¿Qué se hace en caso de declararse un foco? Si se declara un foco, automáticamente se debe proceder a la eliminación de todos los animales en la explotación afectada. Se trata de un sacrificio obligatorio. Los animales se entierran en fosas y son destruidos con productos como cal o sosa. Se usa el sistema de enterramiento por ser el más viable en las inmediaciones de la explotación ya que no es posible su salida hacia otras zonas. Por eso no se trasladan hacia hornos crematorios.

¿Qué medidas se adoptan para evitar su expansión? Tras la eliminación de todos los animales del foco, se constituye una zona de protección en un radio de tres kilómetros. En esta zona todos los animales deben permanecer inmovilizados durante un periodo de 30 días desde la desinfección del foco que suele ser a los tres días del sacrificio de los animales. Los ganaderos de esta zona tienen la posibilidad de sacrificar sus animales de forma voluntaria.

En los siete kilómetros siguientes se constituye una zona de vigilancia. Los animales deben permanecer también inmovilizados durante un periodo de 21 días. Los ganaderos también tienen la opción del sacrificio de los animales.

Finalmente se instaura una zona de seguridad fuera de los 10 kilómetros. En las explotaciones ubicadas en esas zonas no es posible sacar animales pequeños (lechones) o para el sacrificio, a otros países de la Unión Europea. Desde esas zonas sin embargo, sí es posible sacar animales para el sacrificio en territorio nacional, pero no lechones o animales para vida.

Cerdos comestibles

La carne de cerdo infectada por la peste porcina clásica o por la africana es comestible. No tiene, por tanto, un efecto negativo sobre la salud humana, a diferencia de lo que sucede con el denominado mal de las vacas locas.Sin embargo, los cerdos infectados no se usan en la alimentación humana para evitar que la enfermedad se propague a a través de embutidos u otros productos derivados no tratados con calor. Por ello, se considera que lo más seguro es la eliminación del animal.

La carne de los animales ubicados en los focos de la peste se hace desaparecer con enterramientos. El resto de los animales sacrificados en las zonas de protección o vigilancia se destina a la elaboración de harina de carne.

La eliminación de los animales y desinfección se hace en unos cuatro o cinco días. Posteriormente hay que dejar un plazo de 30 días con la granja vacía. Desde esa fecha y en los 15 días siguientes se meten en las granjas animales vivos, los llamados "cerdos centinela".

Si no hay infección en esos animales, ya se puede proceder a la repoblación en un plazo de dos meses desde el inicio de la enfermedad.

Los animales sacrificados en los focos de la peste se pagan al 50% por la Unión Europea y al 50% restante por el Estado miembro: 25% la Administración central y el resto por cada comunidad autónoma.

Los cerdos sacrificados en el resto de los casos son pagados en un 70% por Bruselas y el 30% restante por el Estado miembro. Las indemnizaciones pagadas a los ganaderos son iguales a los precios vigentes en el mercado durante la semana de los sacrificios.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_