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La nueva Ley del Deporte estuvo bloqueada por vascos y catalanes

El borrador de la Ley del Deporte ha vivido una situación de bloqueo durante los dos últimos meses a causa de la pretensión de los socios nacionalistas del Gobierno, PNV y CiU, de incluir en su articulado alguna mención a las pretensiones de de las selecciones vascas y catalanas por obtener un reconocimiento internacional. Finalmente, la situación ha quedado en una especie de pacto de no hostilidad, según el cual, al menos en esta legislatura, vascos y catalanes no serán combativos en ese asunto y, por su parte, el CSD no pondrá objecciones a que organicen partidos y torneos. Tras ese pacto, la ley del Deporte pasará el trámite de subsecretarios para ir al Parlamento.

Vascos y catalanes han intentado, sin conseguirlo, que la nueva redacción de la Ley del Deporte fuera menos intransigente a la hora de reservar la exclusiva de la representación internacional en competiciones oficiales a las selecciones españolas. Así lo establece la actual ley en vigor en su artículo 33 -"Las federaciones deportivas españolas ostentarán la representación de España en las actividades y competiciones deportivas de carácter internacional"-, redactado que apenas sufre variación. Esta redacción apenas ha sido retocada en una nueva ley que no supondrá un cambio radical respecto a la anterior. La variación sustancial es la relativa a la equiparación de las sociedades anónimas deportivas al resto de sociedades anónimas y en la implantación de un más severo régimen de sanciones para las actuaciones de los dirigentes deportivos.

Apoyo parlamentario

Catalanes y vascos pretendieron condicionar su apoyo parlamentario a la nueva ley a que ésta contemplase la posibilidad de que las selecciones autónomas pudiesen participar en competiciones internacionales de carácter oficial o bien que sus federaciones autonómicas respectivas pudieran tener alguna representación en los organismos internacionales. La oposición del CSD hizo que se bloqueara la situación hasta hace unos días cuando, según fuentes consultadas, se consiguió una posición de "no beligerancia" entre las partes. "Hemos llegado al convencimiento de no ser hostiles unos con otros respecto a ese asunto", declaró un miembro de CiU.

Esa posición no significa que vascos y catalanes renuncien a su vieja aspiración de obtener un reconocimiento internacional. De hecho, David Moner, presidente de la Unión de Federaciones Catalanas, declaró hace unos días que esperaba, durante 1998, que una federación catalana (no detalló cuál) fuera admitida en la correspondiente federación internacional y que no renunciaban a seguir por esta vía y lograr nuevas adhesiones. En su momento, los vascos ya obtuvieron ese éxito con le federación de lucha sambo, deporte en el que Euskadi ha competido en torneos internacionales oficiales.

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