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Entrevista:

"El ajuste económico no está finalizado, ni mucho menos

Relajado, Emilio Ybarra parece sentirse a gusto con el tamaño alcanzado por el Banco Bilbao Vizcaya (BBV) para hacer frente a los cambios que traerá la moneda única y con los resultados del Programa 1000 Días que el banco acaba de culminar. En los ocho años que cumple en estos días como presidente de la entidad, ha tenido que superar los desencuentros que llegaron tras la fusión de los antiguos Bilbao -su banco originario- y Vizcaya. Ahora comienza otra etapa, en la que Ybarra cree que se van a producir concentraciones bancarias irremediablemente. También subraya que la implantación en Latinoamérica es una plataforma considerable para abordar con éxito ese proceso.Pregunta. ¿Qué opinión tiene de la situación de la economía española?

Respuesta. La mejora de la economía española en los últimos años es evidente. Es verdad que la situación económica internacional ha ayudado, pero también lo esque el Gobierno ha sabido aprovechar esa bonanza con una política económica acertada. Entre los aspectos más favorables de esa política yo citaría el decidido recorte del déficit público y las medidas liberalizadoras en diversos ámbitos.Todo ello ha permitido rebajar la inflación, crear empleo y situar a España en las puertas de la uniónmonetaria. Como aspectos pendientes, señalaría el de la reforma de la fiscalidad, con la reducción de determinadas cargas impositivas, tal como nos prometió el Gobierno y como parece dispuesto a poner en marcha. Además, no hay que olvidar la fiscalidad del ahorro, que actualmente discrimina entre instrumentos, lo que no es positivo para una asignación eficiente de los recursos. También hay que profundizar en el proceso de desreglamentación de determinados ámbitos y sectores.

P. ¿Considera que se están haciendo las reformas estructurales necesarias, no ya para incorporarse al euro, sino para mantenerse en el sin apuros?

R. El criterio de déficit público se ha logrado cumplir de forma bastante ajustada. Por ello, tenemos que reducirlo bastante más para que cuando la coyuntura económica cambie, y haya automáticamente un nuevo impulso al alza en el déficit público, no lleguemos al umbral a partir del cual nos afecten las sanciones establecidas. El proceso de ajuste no está finalizado, ni mucho menos. La eficacia en el control del gasto público tiene que ser algo permanente en el nuevo contexto monetario en el que se va a mover España.

P. ¿Cree que persistirán durante mucho tiempo las turbulencias que provienen de Asia? ¿Qué efectos pueden tener para la economía española?

R. Tengo la impresión de que lo peor de la crisis ha quedado ya atrás. Aunque, ahora, queda el ajuste de las economías asiáticas para reconducir sus desequilibrios situarse en condiciones suficientemente competitivas. La crisis afectará a algunas economías-asiáticas, pero su efecto directo sobre, la economía y la banca española es escaso, porque las relaciones económicas entre aquellos países y España no son intensas. Más importante puede ser el efecto indirecto a través del menor crecimiento mundial.

P. ¿Cómo ha afectado al BBV?

R. El banco no ha resultado afectado en ninguna de las insolvencias que se han producido en la región. Teniendo en cuenta el deterioro de la situación financiera de muchos países, el BBV adoptó una política de prudencia para disminuir su exposición al riesgo con la región. Así nos adelantamos a acontecimientos posteriores. Las actuaciones se iniciaron en marzo en Corea del Sur, reduciendo las líneas de crédito. Esa política continuó aplicándose en Tailandia, Indonesia y Malaisia.

Actualmente, sin incluir Japón, BBV mantiene riesgos en la región por 400 millones de dólares [unos 60.000 millones de pesetas] concentrados en los lugares mejor calificados por su solvencia (Singapur, Taiwan y Hong Kong) por operaciones a corto plazo. Prácticamente los riesgos son nulos con el resto de los países. En cuanto a Japón, con unos riesgos por 2.000 millones de dólares [300.000 millones de pesetas] hemos reducido selectivamente sus líneas y clientes, concentrándonos en las entidades y empresas de mejor calidad y a plazos muy cortos. En octubre se cerró la oficina operativa de Tokio.

P. ¿Cree que es el fracaso de un sistema ultracapitalista, llevado asta su extremo?

R. Creo que el sureste asiático llevaba demasiados años seguidos un ritmo vertiginoso. Ahora comienzan a aparecer los grandes países asiáticos, como China, India, que empiezan a crear sus instrumentos y a ser competencia de los pequeños.

P. El efecto contagio sigue. Así se ha vuelto a ver con la caída de la Bolsa de Nueva York el viernes las menores de las europeas. Eso afecta, además, a los mercados latinoamericanos, donde precisamente está el BBV muy implantado. Ahí sí hay riesgo.

R. Es verdad. América se va a ver más afectada que Europa como consecuencia de su proximidad. Pero nosotros hemos invertido siempre en primeras marcas de cada país y, por ello, tenemos consolidadas nuestras inversiones. Esamos satisfechos de estar mejorando la gestión de esos bancos, el riesgo, la eficiencia. ¿Teme que a la crisis asiática se sumen las turbulencias que, según algunos expertos, se pueden producir a medida que se implante del euro?

R. El temor a las turbulencias derivadas del euro afecta, más bien, al periodo anterior a la decisión sobre países y paridades. Pero muchas de las incertidumbres sobre el euro están ya resueltas, lo que ha contribuido a que hayamos asistido a un ejercicio de 1997 con una notable ausencia de inestabilidad. Sobre lo que puede pasar en 1998, creo que está bastante asumido que van a tener euro todos los países que lo deseen, salvo Grecia, y sólo la fijación de los tipos de cambio podría ser un elemento distorsionador, pero no creo que vayan a producirse grandes turbulencias.

P. ¿Qué supondrá para España?

R. Un cambio radical. Para un país, como España, que históricaente no ha gozado de suficiente credibilidad económica, supone entrar en una nueva era con tipos de interés bajos, ausencia de desquilibrios económicos sustanciales y un tipo de cambio estable. Supone, también, incorporarse a un mercado globalizado que, a partir de ahora, sí que va a ser verdaderamente único, con todo lo que ello supone para las empresas, para los costes, para la movilida de los factores de producción, etcétera. La apertura al exterior va a ser decisiva. Tenemos que darnos cuenta de que va a haber mucha más competencia. Se liberaliza más. Son más problemas, pero no hay que asustarse.

P. Aquellas guerras con el actio y el pasivo parecen ya pasadas a la historia, ¿qué guerras de competencias se avecinan ahora con más protagonistas y con el euro de fondo?.

R. Realmente las grandes guerras con grandes diferencias de precios van a ser muy pequeñas. Si las hay, puede ser peligroso. Ahora, la banca debe cuidar mucho los márgenes. La competencia va a estar en la calidad.

P. ¿Qué grandes transformaciones espera para el sector financiero con la llegada del euro?

R. Al sector financiero le van a cambiar la materia prima básica con la que trabaja, el dinero y a partir de ahí muchas cosas más. Yo distinguiría dos tipos de consecuencias. A corto plazo, los aspectos operativos son los más importantes, y tendremos que cambiar la mayor parte de nuestras aplicaciones informáticas, además de preparar toda nuestra organización para el nuevo entorno. Pero el cambio decisivo va a ser a medio y largo plazo: cambios en los productos, en las relaciones con la clientela o en los niveles de competencia. En definitiva, con la llegada del euro necesitamos definir una nueva estrategia adecuada para hacer frente al nuevo escenario. Y es que Europa cada vez va a ser un continente más coordinado. Y eso llevará a concentraciones, fusiones, compras..., bancos que se apoyen para hacer cosas conjuntas en otros países, para fortalecer servicios, para compartir clientes, para hacer servicios generalizados en todo el mundo entre varios. A partir de ahí habrá que ponerse a trabajar, a discurrir, para poder entenderse con otros. Hay múltiples posibilidades. Las concentraciones son favorables, aunque no la solución. No son buenas en sí mismas. Aunque es verdad que ese proceso de concentraciones se acelerará en Europa con la llegada del euro.

P. En esa concentración, ¿cree que se producirán fusiones en España?

R. Desde luego, la estructura del sistema bancario español no está consolidada. Es necesario depurar el exceso de capacidad que existe y debe darse solución a las entidades con estrategia menos definida. Por ello pienso que, al menos teóricamente, se van a producir fusiones o adquisiciones a medio plazo. En la práctica, esos procesos son más dificultosos.

P. ¿Y el BBV qué papel jugará?

R. No renunciamos a nada de antemano. Todo dependerá de la mejora de posición competitiva y de los términos financieros de la misma. Teóricamente podemos tomar participaciones en bancos, con alianzas o cruce de participaciones, acuerdos comerciales... Nuestro crecimiento debe ir por lo financiero, aunque en el sector industrial, donde ya tenemos una posición muy sólida, seguiremos apostandos. También podemos hacer cosas industriales en América.

P. Pero, ¿dentro de España qué quieren hacer? Se habla del Popular, también de Argentaria.

R. Argentaria está cerrada administrativamente.

P. ¿Y con el Popular?

R. ¡A quién no le gusta el Popular, que es uno de los bancos más rentables del mundo! Es un banco muy bueno, con el que siempre se pueden hacer cosas.

P. ¿Pero interesa?

R. Puede ser interesante, dependiendo de qué condiciones. Ellos también tienen que estar interesados. No parece que, por el momento, haya nada. Antes de que me siga preguntando sobre los demás grandes bancos españoles, le diré que casi todas las combinaciones son teóricamente posibles. Ahora bien, su concreción dependerá de la conveniencia mutua y de los términos de cada operación.

P. ¿Tiene el BBV participación en Argentaria?

R. No.

P. También son posibles alianzas, como usted dice, en Europa?

R. Lo que es evidente es que con banca universal es muy difícil entrar en países con niveles tecnológicos superiores. Y a los grandes extranjeros les pasa lo mismo aquí. Pero sí podemos hacer cosas en Latinoamérica porque el nivel tecnológico es distinto. Y allí el BBV ha conseguido implantarse, lo que permite una plataforma muy importante para prestar servicios financieros entre aquella zona y Europa. Esto nos permite estar muy bien situados ante cualquier tipo de colaboración.

P. ¿Puede ser un buen aliado el Deutsche Bank?

R. Para que un aliado sea bueno, debe tener algo de lo que nosotros carezcamos. Y debe adolecer de algo que nosotros podamos ofrecer. Sólo una alianza planteada en términos como éstos, con beneficios mutuos, y bien instrumentada, tiene posibilidades de éxito. Teóricamente, el Deutsche podrá ser un buen aliado, como también lo pueden ser otros. En cualquier caso, el BBV ha reforzado su posición de forma decisiva en los últimos tres años y hoy tenemos qué intercambiar. Estamos en una posición de mayor fortaleza para cualquier negociación. Pero el Deutsche es uno de los pocos que parece que aspira a hacer todo por sí solo.

P. Ustedes tienen 400.000 millones de capacidad para comprar.

R. Hoy por hoy seguimos estudiando el mercado americano. No sólo estamos comprando bancos, también gestoras de pensiones. Pero en casi todos se ha establecido un sistema de pensiones privados y se han abierto las puertas para gestionar planes de pensiones, lo que da una capacidad de crecimiento muy grande. Queremos ampliar donde ya estamos y abrir donde no estamos.

P. ¿Qué opina del futuro de las cajas?

R. Van por un sendero de concentración, que ya se ha producido en gran parte, aun manteniendo la especialización regional. Pero sigue habiendo un número excesivo de cajas en España. Ahora estamos asistiendo a un proceso en que están saliendo de los entornos territoriales tradicionales e incluso compiten en otros sectores. A unas les está saliendo bien.

P. ¿No hay demasiado protagonismo de los gobiernos autónomos?

R. Las cajas tienen un problema de dependencia política.

P. ¿Y sobre su naturaleza jurídica, que les permite tener ventajas sobre la banca al expandirse?

R. Lo lógico es que se tienda a una renovación del sistema financiero.

P. El BBV acaba de culminar el Programa 1000 Días, ¿cuál es su balance?

R. Lo fundamental es que hemos dado un salto significativo tras la fusión, que supuso un periodo difícil que llevó tiempo. Cuando ya acabamos ese proceso y teníamos un banco con una cultura unificada e implantado, nos lanzamos a un proceso de crecimiento. Hemos pasado de ser un banco doméstico a uno internacional; de un banco que hacía la banca clásica (comercial y corporativa) a un banco con muchos más negocios con volúmenes de aportaciones al conjunto de beneficios. Nos hemos configurado como un banco moderno con presencia en áreas que antes eran marginales. Hemos hecho la gran operación de internacionalización apostando por una posición geográfica que nos va a permitir tasas de crecimiento muy importantes y en la aportación de nuestro know how [conocimiento] frente a los competidores nos permitirá mejorar mucho.

El éxito ha sido conjuntar el esfuerzo de todos, habernos comprometido con objetivos anuales con los accionistas y con nuestros directivos. Frente a objetivos de incremento del 10% anual en el volumen de negocio, beneficios y dividendos, el crecimiento acumulado en estos tres años ha oscilado entre el 85% y el 125% en estos conceptos. La capitalización bursátil, o valor de mercado del BBV, se multiplicó por cuatro en esos tres años y ha superado los 3,3 billones, la mayor del sector español con una diferencia cercana a un billón con el banco siguiente.

P. ¿Qué objetivo se ha marcado para el nuevo plan estratégico su banco?

R. El nuevo plan lo anunciaré en la junta general de accionistas que este año adelantamos al 31 de enero, por lo que no puedo anticipar su contenido. En cualquier caso, dicho plan va a incluir objetivos ambiciosos y va a contener la respuesta estratégica del BBV al entorno con que nos vamos a enfrentar cara al año 2000. Además, marcará, muy claramente, las vías a través de las cuales el BBV va a continuar creando valor para el accionista. Prevemos un crecimiento al menos de dos digitos.

P. ¿Está el BBV blindado ante una posible OPA hostil?

R. Nadie está blindado de forma absoluta. El mejor blindaje es la revalorización permanente de nuestro propio capital. Mientras el mercado aumente el valor a nuestras acciones, será más difícil que nadie nos compre.

P. ¿Está interesado en que entren grupos industriales en el BBV?

R. Es estudiable, no estamos en contra de nada de eso.

P. ¿Tiene previsto realizar cambios en su política de inversiones industriales? ¿Mantendrá sus participaciones en Telefónica, Repsol o Iberdrola?

R. Nuestra política de participaciones industriales tiene solera y nos ha proporcionado fuertes beneficios de manera estable, por lo que no tenemos por qué hacer cambios sustanciales. Sólo irla adaptando a cada escenario. Pero la liquidez, la rotación y la rentabilidad continuarán siendo sus principios clave. En cuanto a las participaciones que usted menciona, las consideramos estratégicas y tienen un carácter de estabilidad. Pero eso no significa que no puedan ser sustituidas por otras, cuando llegue su periodo de maduración. Este no lo contemplamos, por ahora.

P. ¿Le inquieta la agresiva política que mantiene Telefónica en cuanto a toma de participaciones en medios de comunicación?

R. Ante todo, quiero recordar que nuestra participación no significa que participemos en la gestión. Todo lo que afecte a la evolución futura de los beneficios de la empresa sí que nos preocupa. Pero en Telefónica existen temas estratégicos bastante más importantes que el de los medios de comunicación y, sea como fuere, la cotización de la acción de Telefónica se encuentra en sus máximos niveles, por lo que no parece que el mercado se encuentre excesivamente inquieto por este asunto.

P. ¿Cómo influyen en la vida normal del BBV, una institución señera en el País Vasco, los continuos actos violentos de ETA?

R. Lamentablemente, tenemos que sufrir frecuentes ataques en nuestras instalaciones, al igual que el resto de las entidades financieras presentes en el País Vasco. Yo sólo puedo esperar y desear que en algún momento se supere este problema que está deteriorando extraordinariamente la convivencia en el País Vasco, y que está empañando su imagen en el resto de España y en el ámbito internacional.

P. ¿Por qué ya no se hacen las reuniones entre los presidentes?

R. Sinceramente, se daba una sensación de oligopolio que no existía.

P. Va con frecuencia a La Moncloa.

R. Bueno, cuando me llaman, que han sido algunas veces, o cuando yo lo pido. No se trata de ir muchas veces, sino cuando hay cuestiones importantes.

P. ¿Se siente el primer banco español?

R. Me siento el mejor banco español.

P. Con el permiso del Santander y de su tocayo, Emilio Botín.

R. Nos estimula la competencia. El Santander también es un gran banco y debido a las circunstancias estamos los dos en un lugar destacado.

"Voy a La Moncloa cuando me llaman, que ha sido alguna veces, o cuando yo lo pido"

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