La ministra británica para Irlanda logra en la cárcel el apoyo de los presos unionistas a la paz
, Un amplio colectivo de presos protestantes ofreció ayer su respaldo al proceso de paz tras entrevistarse con Mo Mowlam, ministra británica para Asuntos de Irlanda del Norte, en el interior de la cárcel de Maze, a las afueras de Belfast. La decisión, que se adoptó en votación poco después de la polémica reunión, facilita la presencia del Partido Democrático del Ulster (UDP), los portavoces políticos de los 130 prisioneros de la Asociación por la Defensa del Ulster (UDA) y los Luchadores por la Libertad del Ulster (UFF) en la mesa de negociación el próximo lunes.
"El diálogo es la única vía de progreso. Debemos hablar para conseguir el acuerdo más amplio posible", dijo Mowlam a los prisioneros de la UDA y sus compañeros de guerra de la UFF, que negaban su apoyo al proceso de paz desde el pasado domingo.La responsable laborista evitó concesiones a corto plazo y, además de escuchar las ansiedades del grupo de presos, explicó paso a paso los objetivos de Londres y Dublín respecto al futuro de Irlanda del Norte. "La derrota del terrorismo requiere un acuerdo político negociado entre los representantes políticos y apoyado ampliamente por ambas partes de la comunidad", recordó sobre esta sociedad dividida entre protestantes que defienden la unión con el Reino Unido y católicos que aspiran a la reunificación de Irlanda.
La mesa negociadora es el único escenario, señaló Mowlam, para "discutir y resolver" las cuestiones en litigio y "alcanzar los objetivos" perseguidos sin renunciar a los principios y valores que cada sección de la comunidad mantiene.
Liberación de presos
La liberación de presos, sin duda, es uno de los más importantes flecos pendientes en el proceso. Una herida que se reabrió con el indulto navideño de Dublín a nueve prisioneros republicanos y que contribuyó al malestar del colectivo lealista. La ministra reconoció ayer que el tema debe solucionarse, pero sólo se revisará, advirtió, "a medida que se progresa en otras cuestiones". "Lo trataremos en el contexto de un acuerdo pacífico y duradero".Mowlam se hizo eco también de las voces críticas dentro del unionismo que ven en la negociación el camino directo hacia la reunificación del Ulster con el resto de la isla de Irlanda. "Los intereses fundamentales de los participantes no se verán amenazados", dijo. Esto es debido a que el proceso de paz se sustenta en el principio de "consenso" y, como recordó ayer Mowlam, "Irlanda del Norte nunca dejará de ser parte del Reino Unido sin el consentimiento de la mayoría de la gente que vive allí".
Paradójicamente, la entrevista, que para muchos sienta un grave precedente, estuvo motivada por el riesgo de perder el consenso entre las delegaciones negociadoras. La falta de confianza de los presos unionistas en el proceso de paz, como expresaron en su votación del pasado domingo, imposibilitaba la presencia de sus representantes políticos en la negociación y auguraba el fin de la tregua de 1994.
El unionismo perdió desde el verano dos delegaciones -la de lan Paisley y la de Robert McCartney- y hubiera quedado en minoría el lunes al reanudarse la mesa. El partido que lidera David Trimble, mayoritario en la provincia, necesita el apoyo de los dos pequeñas delegaciones protestantes, el UDP y el Partido Progresivo Unionista (ambos representan a presos lealistas), para hacer frente al bloque de republicanos y nacionalistas.
El tren que partió este otoño tras el impulso de la nueva Administración laborista puede ahora proseguir para alcanzar otra nueva escala. Gracias al valor demostrado, Mowlam salvó ayer una crisis que muchos interpretaron mortal para el proceso de paz. "Nuestros presos mantienen algunas reservas respecto al progreso de las conversaciones, pero al menos nos apoyan ahora", explicó John White, portavoz del UDP, al confirmar su continuidad en las negociaciones.
La ministra coincidió con sus interlocutores en la "frustración" respecto al lento progreso de la negociación. Y ayer defendió la. necesidad de centrar las conversaciones en los amplios parámetros de un acuerdo que se debería lograr para el mes de mayo. La intención de Londres y Dublín se orienta a la consecución lo antes posible de este preacuerdo, de forma que se acelere el progreso que demandan no sólo los delegados unionistas, sino también los republicanos y nacionalistas.
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