Los policías que desalojaron Santa Ana se enfrentan a penas de cárcel
, Los cinco policías municipales acusados de desalojar ilegalmente y a golpes a los artesanos de la plaza de Santa Ana, en octubre de 1989, se van a sentar durante siete días en el banquillo de los acusados. La Sección 11 de la Audiencia de Madrid ha fijado para el lunes 26 de enero el comienzo del juicio, que durará una semana. Los agentes encausados por cargar brutalmente contra los artesanos de este emblemático mercadillo, cuando el PP y el CDS gobernaban en coalición el municipio, se enfrentan cada uno de ellos a dos años y cuatro meses de cárcel.
Este juicio debió celebrarse el 23 de septiembre de 1996, pero fue suspendido tras la incomparecencia, por un infarto de miorcardio, de uno de los acusados.El tribunal que preside la magistrada Carmen Compaired ha citado a varias decenas de testigos para la vista oral. Tras el desalojo, los artesanos llegaron hasta el Tribunal Supremo por entender que la clausura del mercadillo era ilegal. El alto tribunal les dio la razón y concluyó que el municipio se había saltado la ley de procedimiento administrativo y que expulsó a los vendedores sin el preceptivo acuerdo plenario.
Acusados
Los policías acusados son: Soraya B. G., Cándido A. P., Francisco José R. C., Roberto P. C. y Ezequiel A. G. A los cuatro primeros el fiscal les atribuye un delito de lesiones y al último de los citados, el mismo delito pero como cooperador necesario. Entiende el fiscal que la actuación de los agentes incurrió, además, en un claro abuso de autoridad, y considera que los policías deben indemnizar con casi 700.000 pesetas a los dos vendedores que sufrieron las heridas más graves durante la carga. En caso de insolvencia de los agentes, la indemnización debe sufragarla el Ayuntamiento de Madrid como responsable civil subsidiario -sostiene el fiscal-, ya que la orden de desalojo partió de allí.El fiscal relata que sobre las ocho de la tarde del 28 de octubre de 1989 "se montó en la plaza de Santa Ana un mercadillo de artesanía, a pesar de que carecía de autorización municipal". En esa plaza había esa noche efectivos de la Policía Municipal, entre ellos, los cinco acusados, siempre según el fiscal. Los agentes pidieron la licencia a los vendedores y al comprobar que carecían de ellas, "les ordenaron que levantasen los puestos y se marcharan del lugar".
Los vendedores se negaron, insultaron a los agentes y les arrojaron objetos, lo que originó una trifulca entre ellos y los policías. Hubo heridos por ambas partes. El vendedor Alejandro M. fue acorralado en un portal por varios agentes. No consta, explica el fiscal, si los agentes le llevaron allí a rastras o él se ocultó, pero sí hay evidencia de que cuatro agentes cerraron la puerta y le golpearon. Al abrirse la puerta, algunos medios de comunicación captaron imágenes en la que se les veía golpear al vendedor.
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