Música en la calle
Me encanta descubrir por estas fechas que el sentimiento de libertad no abandona las ciudades como Madrid, pese a las numerosas agresiones que tanto el tráfico, como la prisa y el agobio imponen a los madrileños y forasteros.Me refiero al hecho de que algunas personas, sobre todo pertenecientes a la etnia gitana, impregnan de música las calles de la ciudad y le dan un toque de alegría que tiene mucho que ver con la libertad.
Es fascinante -pese a la calidad de algunas de las piezas ofrecidas- contemplar cómo los edificios, las calzadas, los bulevares, o las aceras se llenan de notas musicales, al igual que los corredores del metro recogen el rasgueado de guitarras, el sonido metálico de las acústicas o las tonadas tan urbanas del saxofón o también de instrumentos exóticos.
Naturalemente, no deseo hacer una apología de la mendicidad urbana en Madrid, sino de la música en la calle-
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