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El motín de 800 presos en Brasil termina con 14 heridos

Brasil recibió el Año Nuevo libre ,de la presión que durante tres días significó el amotinamiento de unos 800 presos en la Casa de Detención de Sorocaba, en el Estado de Sáo Paulo, con más de 700 rehenes en su poder. La rebelión, que comenzó el pasado domingo, terminó poco antes de que expirara 1997 con una ocupación policial que dejó catorce heridos y llevó a la liberación de todos los rehenes.Los temores a un derramamiento de sangre o el cambio de año con una crisis carcelaria de por medio fueron disipados poco antes de la medianoche del 31 de diciembre cuando el negociador oficial, José Benedito Azevedo Marques, anunció el fin del motín, dos horas después de que unos 200 hombres de la Policía Militar asumieran el control del penal.

Las informaciones oficiales indican que la operación para sofocar la rebelión, la más grande que ha afrontado el Estado de Sáo Paulo por la magnitud de presos amotinados y de rehenes, se cerró con diez presos y cuatro policías con heridas de poca consideración.

El presidente del Consejo de Defensa de los Derechos Humanos de Sáo Paulo, Daniel Noronha, que siguió de cerca la acción policial, recibió con alivio el fin de la revuelta y la liberación de los rehenes y dijo que puede considerarse que la operación de las fuerzas de seguridad se desarrolló "sin exceso de violencia" a pesar del alto riesgo que implicó.

Ganar tiempo

Las autoridades penitenciarias Sáo Paulo decidieron que la Policía Militar debía ocupar el penal después de que los presos hicieron fracasar varios acuerdos para liberar a los rehenes. Noronha confirmo que los presos, que comenzaron la rebelión el pasado domingo, después de que los guardianes frustraron un intento masivo de fuga, dilataron las negociaciones durante más de 75 horas para ganar tiempo y terminar un túnel por el cual pensaban escapar.Los amotinados, que en un principio pidieron un camión blindado para huir, llegaron el martes a un acuerdo con las autoridades para liberar a los rehenes a cambio del traslado de los 19 líderes de la rebelión a otras cárceles.

Según el acuerdo, la liberación de rehenes debía comenzar a las nueve de la mañana (hora local) del miércoles, pero los reclusos no cumplieron con su parte. Las autoridades pidieron entonces a la policía que tomara posiciones en los sitios estratégicos como paso previo a la ocupación de la cárcel.

La solución alcanzada en el penal de Sorocaba difiere mucho del resultado de un motín menor que se registró una semana antes en un centro penitenciario de Fortaleza, capital del Estado de Ceará, en el cual murieron nueve de los doce amotinados y resultaron heridos tres de los cuatro rehenes. El motín de Sorocaba fue el número 181 registrado en 1997 en el Estado de Sáo Paulo, el más poblado del país y afectado por un severo problema de hacinamiento en su sistema de prisiones.

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