Un rosario de puertas cerradas
Siete familias pasan la Navidad en una parroquia mientras buscan infructuosamente un piso
Una plegaria en el desierto. En eso se ha convertido la búsqueda de cuatro viviendas en alquiler para dar cobijo a las siete familias gitanas que el pasado 3 de diciembre fueron desalojadas de un colegio en ruinas de la avenida Ciudad de Barcelona (Retiro), que luego fue derribado. Las 26 personas que se quedaron sin techo fueron acogidas por el párroco de San Carlos Borromeo, en Entrevías. Allí se reparten cuatro habitaciones. Pensaron que su paso por la parroquia sería simplemente la antesala breve de una vida mejor. Sin embargo, los 15 colectivos que les buscan piso desesperadamente, se han topado con un rosario de negativas, pese a que el Ayuntamiento de la capital asegura el pago mientras tramita su realojamiento. "Los arrendadores sondeados desconfían de las costumbres de la etnia gitana y temen que los inquilinos causen daños en las viviendas",, explica Valentín Rodil, uno de los religiosos que colabora en la caza de piso.El hilo telefónico se ha destapado más cruel aún que las visitas a las inmoviliarias y a particulares: ''No quiero que me destrocen el piso '' o '' No, lo siento'', han sido las respuestas más comunes de los interlocutores. Otros se han deshecho en excusas.
La solidaridad de los madrileños se ha traducido en la donación de alimentos. Valentín Rodil, aunque agradecido, dice que ése no es el problema. "Gracias a las ayudas, las familias cenaron muy bien en Nochebuena, pero las verdaderas dificultades son otras", comenta cariacontecido. Aunque conscientes del diluvio de dificultades, los más enteros todavia esperan una llamada providencial.
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