Respuesta
En el número de EL PAÍS del 9 de diciembre (páginas 18-19), con la firma de Miguel González y bajo el título La última trama golpista, se hacen cuatro o cinco referencias a mi persona a las que me veo obligado a responder para que no se interprete mi silencio como aceptación.En relación con esa información, afirmo rotundamente que ni en esas fechas ni antes o después de ellas he participado en plan alguno que tuviera por objeto atentar contra la vida de S. M. el Rey ni de ninguna otra autoridad del Estado. Quienes me han incluido en esa historia a base de relacionar nombres de personas con quienes yo haya mantenido o mantenga relación de amistad o cuya visita recibiera durante mi condena carecen del mínimo grado de rigor informativo y han engañado a ese diario. No entro a juzgar el conjunto del trabajo porque no tengo elementos de juicio suficientes para hacerlo, pero al menos en lo que me afecta no se ajusta en absoluto a la verdad.
Que en su día participase en los sucesos del 23 de febrero de 1981 no significa que necesariamente haya de ser protagonista de cualquier trama como la que ahora se denuncia. Asumí entonces mis responsabilidades, cumplí la pena que se me impuso y creo que al cabo de 16 años de aquello debiera respetarse mi derecho a vivir en paz, sin ser hostigado ni que mi nombre se utilice para rellenar historias como la presente.- .
