_
_
_
_

Un trabajador capaz

Francisco Castro, con síndrome de Down, empleado desde hace diez meses en una empresa de Internet

Le gusta lo que hace. Cada día se levanta a las seis menos cinco de la mañana, va a comprar el pan y la leche, desayuna y, a las ocho menos cinco, sale de casa para ir al trabajo. Francisco Castro, Paco, de 25 años y con síndrome de Down, trabaja desde febrero con contrato indefinido en la empresa Servicom de servicios Internet. "Me encargo de repartir los faxes, del almacén, del stock general. Doy el material a los que me lo piden y envío mensajes por Internet", explica.Paco ha participado en el Proyecto Stela de la Asociación Síndrome de Down de Madrid, dedicado a lograr la integración laboral de estas personas en empresas ordinarias y que cuenta con el apoyo de la Unión Europea (UE). Desde octubre de 1996 hasta noviembre de 1997, unos 10 jóvenes con síndrome de Down han conseguido un puesto de trabajo con este proyecto.

"El proceso de integración es lento", explica Diana Cabezas, responsable del Proyecto Stela. Y continúa: "Cada uno tiene sus propias capacidades y habilidades, por lo que se les trata y enseña de manera individualizada". Una vez finalizado un periodo de formación inicial, un preparador laboral entrena y acompaña a la persona con síndrome de Down en las actividades específicas que va a realizar en su trabajo.

Paco ya va por libre. "Los primeros meses la preparadora estaba conmigo y me enseñaba. Ahora sólo viene cuando la necesito", cuenta. Y añade: "De vez en cuando llama para saber cómo me va". Este no es el primer empleo para Paco. "Antes estuve en prácticas en una asesoría durante unos cinco meses. Salía más que aquí, iba a Hacienda, pero aquí me gusta más", asegura.

Su horario es de nueve a dos y de cuatro a siete. Para ir a trabajar hace varios transbordos en metro y coge un autobús. Suele llevar la comida preparada de casa. "Una vez a la semana como con los compañeros. Los otros días me la traigo y la caliento en el microondas", dice.

"A personas como Paco hay que ayudarlas en serio, no como una obra de caridad", opina Carlos Suárez, director de Recursos Humanos de Servicom. Y especifica: "Él no ocupa el puesto de trabajo de nadie. Realiza su trabajo, y lo hace bien". Entre las virtudes de Paco, Suárez destaca su puntualidad, su rigurosidad al trabajar y su gusto por vestir bien. "El único problema es que hay que tener cuidado en no saturarle. Está acostumbrado a una rutina, lo tiene todo esquematizado". Paco no es el único caso de síndrome de Down que ha encontrado trabajo, pero, según Cabezas, es uno de los más exitosos del Proyecto Stela. Aunque señala: "No todo es de color de rosa. Paco tiene muchas órdenes de distintas personas al día, y todas urgentes. Debe saber organizar la información y separar lo importante de lo que no lo es. Tiene que saber aplicar técnicas de distribución del tiempo. Eso no es tan fácil".

El sueldo de Paco es de 75.000 pesetas. A partir del año que viene ganará unas 20.000 pesetas más. "Ahorro un poco y el resto me lo gasto en libros, discos y ropa", explica. Ahora está leyendo El capitán Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte. "Voy por más de la mitad", dice. Cuando lo acabe, empezará un libro de Stephen King. "Aunque no me gusta mucho Stephen King, voy a probar a ver qué tal", confiesa.

Ya ha repartido todos los faxes. Sentado en su mesa de despacho, Paco repasa la lista de órdenes en el monitor de su ordenador. "Repartir los faxes es lo que menos me ha costado aprender. Lo último, los últimos productos informáticos que han llegado, ha sido lo más dificil", comenta. Y añade: "Yo entiendo sobre lo mío, sobre mi trabajo. No sobre palabras técnicas".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_