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Un izquierdista reconvertido que pactó con la derecha

Kini Dae Jung, conocido entre sus compatriotas como DJ, llega por fin a presidir el país. Un largo y tortuoso camino de atentados, secuestros, cárceles, condenas de muerte y exilio. "Es nuestra hora", afirmaba durante la campaña electoral este veterano luchador por las libertades civiles que se quita tres años de los que al parecer en realidad tiene: 74. Ha sido la figura que ha despertado más odio y amor entre el pueblo surcoreano hasta ahora.Con la reinstauración de la democracia en 1987, las fuerzas armadas han refrenado su inquina hacia este político católico, hijo de una familia humilde campesina de la deprimida provincia sureña de Cholla y casado con la hija de un eminente doctor. Y todo este tiempo le ha servido también para reajustar su política a los tiempos, ser más realista y buscar más afectos en sectores distintos a los que siempre le fueron fieles: obreros, estudiantes y pequeños comerciantes.

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Kim, que asumirá la presidencia del país el próximo 25 de febrero, llega a la jefatura del Estado después de suscribir una alianza de conveniencia con otro veterano político de su edad, Kim Jong Pil, líder del partido conservador, primer ministro de la dictadura militar y fundador de la Agencia Central de Inteligencia surcoreana. Todo ello le ha permitido calmar la antipatía de los generales. Los dos dictadores Park Chung Hee (1961-1979) y Chun Doci Hwan (1980-1987) no ocultaron su especial inquina por este político, que ha evolucionado hacia un reformismo moderado y defensor del libre mercado.

Kini Dae Jung no es un experto en economía. Los observadores señalan que el cerebro de su futuro programa económico será el fundador de la empresa estatal siderúrgica Pohang Iron&Steel. DJ quiere modificar la constitución e implantar un régimen parlamentario. Asegura que sólo agotará la mitad del mandato de cinco años, tiempo suficiente para preparar la reforma y someterla a consulta nacional.

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