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El proceso de paz en el Ulster choca con los enfrentamientos en la calle

La rebelde ciudad de Londonderry vuelve a recordar a los optimistas que los discursos de paz tienen sólo validez relativa en Irlanda del Norte. Bajo una lluvia de cócteles mólotov, andanadas de balas de caucho, gases y bastonazos, manifestantes republicanos enmascarados chocaron con policías que protegían un desfile de militantes protestantes. La calma retornaba ayer gradualmente a una ciudad que los nacionalistas llaman simplemente Derry.

Los incidentes ilustraron cuán frágil permanece el plan político con el que Londres y Dublín quieren poner fin a casi tres décadas de sangriento conflicto. El primer ministro irlandés, Berti Ahern, indicó que las conversaciones de paz que se desarrollan en Belfast deberían tener lugar en 1998 alternativamente en, Dublín y Londres ante la tensión en el Ulster.Refuerzos policiales y militares despachados ayer a la ciudad consigueron frenar una erupción en la cual los republicanos arrojaron más de mil bombas incendiarias transformando las calles céntricas en un vertedero de coches y autobuses calcinados.

Los enfrentamientos estallaron cuando piquetes de republicanos intentaron bloquear una marcha de unos mil miembros de los Aprendices, una de las facciones más radicalizadas de los protestantes de la Orden de Orange empeñados en desfilar por el sector católico de Bogside.

La policía del Royal Ulster Constabulary (RUC), que desplegó unos 3.000 hombres, tuvo que pedir refuerzos. Diez personas, incluyendo cinco policías y un niño, resultaron heridas.

Funcionarios en Londres y Dublín expresaron ayer esperanzas de que el brote de violencia será aplacado y no tendrá mayor impacto en las conversaciones de paz que se realizan desde septiembre en Belfast. Estas recibieron un significativo espaldarazo tras la visita del líder del Sinn Fein, Gerry Adams, al primer ministro británico, Tony Blair, el jueves en Downing Street. La marcha protestante en conmemoración del asedio de Derry en 1689 inflamó los ánimos de los republicanos, frustrados por la aparente negativa de Londres a pedir públicamente disculpas a las familias de las víctimas del llamado Domingo Negro, la matanza de 13 civiles en 1972. Hubo 16 heridos.

Las medidas disuasorias se reforzaron cuando el líder del Partido Unionista del Ulster (UUP), David Trimble, anunció sorpresivamente que no descarta un encuentro con Adams. "Hay tantas cosas que son posibles", declaró Trimble en un radical giro de su tradicional postura. "Hemos visto que hay gente que ha renegado del terrorismo para volcarse genuinamente hacia la democracia. Es perfectamente posible que ese sea el caso de Gerry Adams", declaró.

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