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VIOLENCIA EN EL PAÍS VASCO

"Rece por Jose Luis, que esta amenazado"

Una hermana de Caso pidió en julio que rezara por la vida del concejal al sacerdote que ayer ofició su funeral

"Hágame el favor: rece por mi hermano José Luis, que está muy amenazado". Era el 16 de julio del año pasado. Pilar, hermana de José Luis Caso, el concejal popular de Rentería asesinado, por ETA el pasado jueves, transmitía de ese modo su preocupación, su angustia y su presentimiento de una tragedia al vicario de la diócesis de Santander, Luis Vega, amigo de la familia y natural también de Comillas. Ayer, Vega recordó esas palabras, que le dejaron "profundamente conmovido", al tener que oficiar un funeral por José Luis Caso en la misma iglesia donde rezó por él, por su vida, hace cinco meses, en su última eucaristía en ese templo.Ayer, conmovidas por el dolor, unas 1.500 personas participaron en la ceremonia religiosa en memoria del concejal asesinado, natural de Comillas. Entre los asistentes destacaban los hermanos de José Luis Caso; su madre, Higinia Cortines, y varios sobrinos. Entre los representantes políticos se hallaban el presidente y el vicepresidente de la Comunidad de Cantabria, José Joaquín Martínez Sieso (PP) y Miguel Ángel Revilla (PRC); el presidente de la Asamblea parlamentaria, Adolfo Pajares, y el alcalde de Comillas, Pablo García Suárez.

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El vicario de la diócesis de Santander, Luis Vega, concelebró la eucaristía ayudado por el párroco de la iglesia de San Cristóbal -un hermoso templo construido en el siglo XVII-, Francisco Hoyo. Éste, la misma noche del atentado, hubo de afrontar la más penosa tarea de su ya larga vida religiosa: comunicar a la madre de la víctima, Higinia Cortines, de 85 años, que vive en Comillas, la noticia del crimen. "Se trataba de evitar que la noticia le llegara por la radio estando sola. Al saberlo todo, se echó a llorar y confesó que siempre había temido lo peor", recordó ayer el párroco de San Cristóbal.

Ante el Ayuntamiento de la villa, contiguo al templo, cientos de vecinos llenaron enseguida con sus firmas numerosos pliegos de solidaridad con la familia de José Luis Caso. En la gran pancarta colocada sobre la mesa para recoger los testimonios de adhesión, el vecindario resumía así sus exigencias: "Por el derecho a la vida y a la libertad, pedimos a ETA el inmediato cese de la violencia".

El vicario Luis Vega aludió en su homilía al silencio reinante en la villa, de unos 3.000 habitantes, frente "a tanto odio como disparan las pistolas y cargan los coches bomba", y comparó la muerte del concejal nacido en Comillas con la de Jesucristo. "Lo mismo que él, pereció por la causa de la justicia, la paz y la convivencia fraterna de los pueblos, y lo hizo sabiendo lo que le esperaba. Él hablaba con normalidad de sus miedos, y con la firmeza de quien sabía que tenía que cumplir un deber. Con su muerte ha respondido a la vocación cristiana de entrega de la vida". Después, exhortó a las autoridades a atender las reclamaciones de los familiares de las víctimas del terrorismo, y a los vecinos de Comillas a arropar con su afecto a los parientes de José Luis Caso, "ante la dramática situación que les ha creado el pecado de los hombres".

Antes del funeral, un sobrino del concejal popular asesinado, Juan José Gravalosa Caso, comentó que "con escolta o sin escolta, Luis era una pieza fácil", porque "era un tío muy campechano que no iba a cambiar su ritmo de vida por esos elementos [los terroristas de ETA]". Gravalosa no pudo ocultar su amargura y comentó: "¿No estaba esto anunciado? ¿No somos tan hipócritas que sabemos que le van a matar, que está anunciado, y lloramos después? Nosotros, y los que ayer [por el sábado] fueron a hacer la visita de la foto".

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Este sobrino de Caso indicó que la madre de José Luis y sus hermanos eran conscientes de que él estaba amenazado de muerte por la banda terrorista. "Pensábamos que no iba a ocurrir, pero ha ocurrido", añadió apesadumbrado. Luego, prefirió no caracterizar el asesinato como un asunto político. "Lo único que identificamos es que nos han matado a un familiar, a un amigo, y que no le vamos a volver a ver. Y que ha destrozado a su mujer, a sus hijos, y a su nieto cuando se entere de esto". Gravalosa no ocultó, con cierto enojo, la frustración de no poder dar el último adiós a su pariente en un ambiente de intimidad, sin fotógrafos ni periodistas.Pablo Caso Cortines, hermano de José Luis, aseguró que éste era una "muy buena" persona, que siempre decía a sus familiares que no se preocuparan por él, por su seguridad, a pesar de los riesgos que corría y de las amenazas que había recibido.

El alcalde de Comillas, Pablo García Suárez, anunció que hoy se reunirá la corporación municipal y muy probablemente decida dedicar una calle de la localidad a José Luis Caso.

El presidente del Gobierno regional, José Joaquín Martínez Sieso, que había acudido la víspera a la manifestación desarrollada en San Sebastián, declaró que toda la sociedad debe "mostrar apoyo a una familia que está pasando por un momento trágico y difícil". Martínez Sieso expresó el deseo de que la muerte del concejal popular a manos de los terroristas "sirva para algo, para conseguir una mayor unidad de todos los partidos demócratas contra la banda terrorista ETA". A su juicio, la movilización de miles de personas en protesta por el nuevo asesinato supuso una impresionante demostración del ansia de paz en Euskadi.

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