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Reportaje:

El campus de batalla

La venta de árboles navideños desata las rivalidades entre los alumnos de Montes, Forestales y Agrónomos

Son ingenieros en ciernes de montes, forestales y agrónomos, pero también saben ejercer de comerciantes y aplicar, llegado el caso, las más despiadadas técnicas de la economía de mercado actualmente en vigor. Los alumnos de los últimos cursos de estas tres carreras han comenzado esta semana su tradicional venta de árboles navideños, con la que sufragan parte del viaje de fin de carrera. Y como hacerse con la clientela, en estos tiempos del neoliberalismo feroz, requiere de todo tipo de artes y desvelos, los universitarios vendedores se han enfrascado en una animosa guerra comercial en la que no faltan las campañas publicitarias agresivas, los regalos promocionales o las subidas y bajadas de precios.En el caso de los futuros ingenieros superiores de Montes y los técnicos de Forestales, la confrontación comercial es aún más tangible, porque ambas escuelas comparten la puerta de acceso. La semana pasada, los delegados de uno y otro grupo hubieron de celebrar una cumbre para determinar las reglas del juego: a un lado de la verja, las pancartas de Montes; al otro, los reclamos de Forestales; la puerta, terreno neutral. "Esta semana, uno de nuestros anuncios desapareció del mapa", murmura, suspicaz, Guadalupe Heras, integrante del equipo comercial de Forestales. Los clásicos boicoteos quizá de toda guerra que se precie.

Los decanos en el negocio arbóreo son, desde luego, los muchachos de Montes. Estas navidades cumplen 35 años en el mercado de los abetos, y las cuentas, pese a las dentelladas de la competencia y el decaimiento, de la tradición, siguen resultando sustanciosas. El año pasado despacharon más de 1.500 ejemplares, con un beneficio neto superior a los seis millones de pesetas. Lo celebraron poniendo rumbo a Cuba.

"Para nosotros, la campaña del abeto es un motivo de orgullo; no como otras facultades, que se lo toman como un negocio", proclama Laura Santiago, responsable de mercadotecnia (aproximadamente) en la escuela de Montes. Esta temporada, sus abetos de metro y medio cotizan a 4.000 pesetas, aunque los clientes más refinados pueden decidirse por el abeto del Cáucaso, azulado y de hojas menos punzantes, a 7.500.

Los de Agrónomos, con menos tradición, juegan la baza de una política de precios más agresiva. Sus abetos también provienen de viveros navarros, al igual que los de Montes, pero los están ofreciendo a 2.500 pesetillas. "Ellos se lo montan muy bien", admite el casi agrónomo José Luis Yagüe, "pero nosotros contamos ya con una clientela muy fiel, que quedó satisfecha de otros años". En Forestales apuestan por unos árboles de peor calidad ("pifias, se llaman: unos abetos de mentirijillas"), pero regalan con cada pedido una plantita de encina. Y hasta han extendido un pequeño lema publicitario: "Estas navidades, abetos florestales". La batalla está servida.

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