Arduo camino

Me consta, y es vox pópuli, querida Cristina Alberdi, que eres una defensora a ultranza de los derechos de la mujer. Tienes por delante un arduo y difícil camino hasta conseguir que se equiparen a los de los hombres.Veamos un caso: un matrimonio en el que, de común acuerdo, ella se ocupa de la casa y de los hijos y él de sacar las finanzas adelante. O sea, ambos trabajan por igual, si bien en parcelas diferentes. Ella, por su trabajo, no percibe una remuneración económica, pero sí coadyuva a los ingresos del hogar, porque si su marido tuviera que cuidar de la casa y de los hijos no podría ganar dinero. Se puede decir que ambos aportan lo mismo. Él tiene derecho a una jubilación; ella, no. Si ella fallece, el viudo continúa cobrando la pensión completa, pero, si es al contrario, la viuda cobra solamente la mitad, si bien los gastos son prácticamente los mismos. ¿Es esto justo?