Archivada la investigación sobre información ilegal de Clinton y Gore
Janet Reno, fiscal general de Estados Unidos y titular del Departamento de justicia, siguió ayer el consejo mayoritario de su equipo de colaboradores y dio por cerrada su investigación sobre la relación de Bill Clinton y Al Gore con el escándalo de la financiación irregular de la última campaña electoral norteamericana. Reno aseguró anoche que no había encontrado "suficientes indicios" de que el presidente o el vicepresidente violasen la legislación federal al efectuar llamadas telefónicas desde la Casa Blanca para recoger fondos.
El plazo de tres meses para investigar la posible ilegalidad de las llamadas telefónicas de Clinton y Gore desde la Casa Blanca para solicitar fondos electorales entre 1994 y 1996 venció ayer. Reno debía optar entre dar el caso por cerrado o pasárselo a un fiscal independiente, como el que desde hace años se ocupa del asunto Whitewater". Eligió la primera posibilidad."He establecido que no hay pruebas razonables para pensar que sea necesaria una ulterior investigación de las acusaciones contra el presidente", aseguró anoche Reno, "y no es necesario nombrar un fiscal independiente". Los investigadores del Departamento de Justicia que se han encargado directamente del caso recomendaron a Reno que lo archivara, puesto que aseguran no haber encontrado pruebas de que Clinton y Gore violaran la ley que prohíbe usar dependencias gubernamentales para recaudar fondos electorales. El primero sólo hizo llamadas desde la Casa Blanca en tres ocasiones, y siempre desde la zona privada del edificio presidencial. Los investigadores llegaron a interrogar personalmente a Clinton y Gore en sus residencias oficiales.
Clinton dice no recordar si hizo o no ese tipo de llamadas desde la Casa Blanca y Gore acepta haber efectuado unas 40 pero dice que no fueron para solicitar aportaciones a su campaña personal a la vicepresidencia sino para las arcas generales del Partido Demócrata.
El FBI, sin embargo, sostenía la tesis de que la investigación sobre los dos principales res
ponsables del Ejecutivo debía seguir abierta. Louis Freeh, director de ese organismo de seguridad, recomendó a Reno que se pronunciara a favor de un fiscal independiente.
Los republicanos llevan días denunciando la supuesta falta de imparcialidad de la fiscal general. "El hecho de que haya una diferencia de criterios entre la fiscal general y el jefe del FBI es la prueba definitiva de que hace falta un fiscal independiente para ocuparse de este asunto", dijo el domingo Orrin Hatch, senador republicano por Utah.
El mes pasado, un comité del Senado norteamericano dio también por cerrada su investigación sobre la supuesta financiación ilegal de Clinton y Gore sin emitir ningún tipo de conclusiones. La decisión adoptada ayer por la fiscal general de EE UU parece poner fin al caso, salvo que la Cámara de Representantes decida crear una nueva comisión sobre los fondos recaudados por el presidente y el vicepresidente demócratas en la pasada campaña electoral.
En la noche del lunes al martes, Clinton volvió a participar en una nueva cena destinada a recaudar dinero para las exhaustas arcas del Partido Demócrata. El botín fue esta vez de 300.000 dólares (45 millones de pesetas).
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